Todo empezó un domingo de invierno , cuando los rayos del sol empezaban a cubrir con su majestuosidad la ciudad de Burdeos, localizado al sudoeste de Francia , portuaria importante por lo accesible para los buques , ahí cerca del río Garona en un barrio antiguo se encuentra un apartamento tintado con el numero 10 donde se oye el llorar de un niño que ha venido a este mundo , en su interior se encuentra la partera con la madre y el niño ya en brazos de ella , al otro lado de la habitación se encuentra don Giussepe Giancola quien años atrás había llegado de Italia , pintor de profesión , y el cual se había casado con Melina Pagnard , ambos padres primerizos se les nota el nervio pero mas a Giussepe, que espera con ansia a su primogénito, se fuma un cigarrillo en lo que la partera le otorga el permiso para poder pasar y ver a su crió, al oír la voz de la partera su corazón palpita a gran velocidad y no duda en pasar , ahí ve a su esposa , cansada , sudorosa pero con el rostro lleno de felicidad , con un gesto le extiende a su hijo, quien el, a su vez lo coge y lo mira detalladamente tal cual es , dirigiéndole tiernamente una sonrisa , le murmulla suavemente diciéndole hijo eres la alegría de este hogar y pido a Dios que nunca te falte nada y crezcas cual roble haya en esta ciudad , que seas el pintor mas famoso que haya existido , al instante su esposa le expresa una sonrisa reluciente pero a la vez de muina , la opción de que el sea, quien quiera ser , y así fue el primer día, de aquel niño que sin saber había puesto ya una barrera de lo que iría a ser , así pasaron los años, un día Giancarlo que ese fue el nombre que le pusieron después de tanto jaloneo, se encontraba sentado en un banco a la edad de 8 años, el admirando a su padre pintar sobre un óleo, se volteo por un instante hacia el rió Garona, donde observo que un ave no podía volar , a lo que rápidamente, se bajo de aquel banco y salio en busca de aquella ave, al llegar la observo y vio que ya cansada de aletear, no tenia ya fuerzas para escapar , la desenredo de su pata izquierda ,que se había atorado en un palo , la tomo entre sus brazos con mucha delicadeza , mientras la ave solo se dejaba llevar por aquel , que sin dudarlo la fue a salvar , su padre mientras lo observa detrás de su ventanal , pensando que traerá entre sus brazos, al entrar Giancarlo su padre le grita desde el otro lado , ¡Giancarlo! ¿que traes entre tus brazos? , sin dudarlo , le dice: padre eh encontrado un ave sin aliento y casi semi muerto , su padre al verlo le dice , que harás con el , no se curarlo , y después devolverle su libertad , su madre al oir tanto alboroto se acerca y le dice apurar que la comida ya esta casi , no quiero que te mal pases , Giussepe le dice su esposa acaso no escuchaste , la comida ya esta , apurate a acabar , mujer le contesta Giussepe que no ves que Giancarlo ha traído un ave y la va a curar , la mujer observa la escena y le contesta , después de comer , la curaras, ¡vamos! pasar al comedor ya , acto seguido Giancarlo toma el botiquín y cura sin pestañear la pata izquierda de la que supuraba ya, posteriormente el ala, cual era ya que se había raspado por la premura de escapar , así la mantuvo una semana , mientras su padre ya no lo encontraba ,para que se sentara en aquel banco, que el había fabricado para que su hijo se sentara, y aprendiera los trazos que con el pincel el deslizaba sobre aquel óleo, que sin faz ni forma el formara , al buscarlo encontró a Giancarlo en la azotea dandole de comer en la mano al ave que el había rescatado , su padre al verlo le expreso cortésmente , hijo, no cres que ya es hora de que el ave vuelva a su espacio , Giancarlo al verlo , mostrando una sonrisa le contesta :padre ya lo he dejado , pero mira me ha traído a mas aves , para sanarlos , el padre no creía lo que veía , eran como diez , el hombre algo asustado le comento , hijo no se te hace algo arriesgado , lo decía porque había entre ellas águilas , halcones , y hasta un cóndor , Giancarlo al ver a su padre algo asustado le tomo de la mano y se la poso sobre un halcón, aquella sensación, no la podía explicar aquel padre que sin saberlo estaba , con esa ave, en eso su madre sube y les dice que carajo cuando van a entender que aquí no es veterinaria , padre eh hijo se ven y sueltan tremenda carcajada una vez explicado el acontecimiento, la madre serena y tranquila le explica a su esposo, te dije, el va a ser, lo que quiera ser , y así fue que con los años Giancarlo se convirtió en un medico de aves mejor conocido como el mejor veterinario de Burdeos que haya habido, y siempre tuvo, como amigo, a aquella ave que el un día sano, y no solo a el, si no a sus descendiente también , a lo que su padre se dedico a pintar aves, por doquier en su consultorio y así poder sentir que su hijo también era parte de el , todo ello se había cumplido, lo que su padre un día, había pedido cuando el nació que fuera el mejor, si pero en medicina, ya que el nunca fue ¡pintor! . |