Como hojas al viento, como una pluma entre caricias del aire…
Vagamos, reímos, sufrimos, volamos, caemos…
Siempre en orden y con destino…

Con destino…

Con un propósito marcado desde el inicio, con algo… que vive y se aloja en nuestros genes, que se apodera de cuerpos y les anexa un alma, para cumplir objetivos, para vivir en orden y de acuerdo a un libro escrito.

Por que tarde o temprano caemos en la cuenta de que las cosas pasan por algo, como flechas de dirección, que nos llevan a un lugar, aún con cambio de rumbo, terminamos llegando.

Terminamos encontrando…
Almas gemelas, personas que conocemos sin saber de donde, lugares visitados sin saber de viajes, caricias especiales que nos tocan el corazón, cosas…

Cosas que viven y se esconden en nuestro interior, esperando el momento correcto para darnos señales del destino, pequeñas cositas que vamos encontrando en el camino hacia la meta…

Compartimos espacio con otras almas, que igual que nosotros buscan y van a algún lugar, a un encuentro con lo que saben sin saber… a un encuentro inesperado con su propósito en la vida, nos relacionamos para no estar solos, ¿a quien le gusta estar solo?, sería difícil seguir adelante entre espacio y tiempo sin compañía.

Trazamos rutas, sin darnos cuenta, según nosotros, visualizamos nuestro futuro, hacemos planes (que ya están planeados), trabajamos, amamos, buscamos, encontramos, nos cazamos, ayudamos, logramos triunfos, pero…

Pero…

Hacemos algo, vivimos, y entre tantas cosas realizadas, hacemos algo…
Ese algo llamado meta, una meta conseguida, con un amor verdadero, con una felicidad alcanzada, (por que todos esperamos eso… ser felices… esa es la meta…), Vivir con amor, cuando se logra, el destino se cumple… cuando se ama… ahí se triunfa.

Incluso en el destino (tan mencionado ya), podemos tropezar, llorar, sufrir horrores, pero todo tiene como único desenlace, hacernos llegar…

A la felicidad, a la entrega con las almas, a la unión sin ataduras, a la vida plena, cumplimos y nos vamos…

A otro cuerpo, indexados, para darle rumbo a la felicidad de otro(s), y de paso repetir la operación de gozar y seguir aprendiendo…

A querer.