No sé como empezar, como tratar de explicar lo que siento por ti…
Es difícil, pero forma parte de mí, no puedo dejar de pensarte a cada segundo, formas parte de mi todo, de cada paso, de cada sollozo, de cada respiro, de cada viaje que emprende mi imaginación hacia lugares y futuros inciertos.

Acostumbro sin querer… volar a lo desconocido para encontrar curiosidades de lo que podría esperar por mí, y en cada ocasión estas tú como protagonista de la historia.

No sé si soy bueno, si he sido lo que esperabas, mi cielo, sólo comprendo que siempre trato de ser mejor para ti, para cumplir tus expectativas de los sueños, para lograr…
Que tú me quieras.

Camino a veces con la mirada caída, pero con la mente muy lejos, muy cerca de ti escuchando tus conversaciones (inventadas por mi subconsciente, o mi paranoia). Tratando de saber qué sientes, qué cuentas de mí, qué te parece lo que hago, cómo les cuentas a tus amigas lo que hacemos, cómo describes tus sentimientos, cómo platicas nuestros enojos, adivinando cuánto me amas o cuanto me desprecias por tal o cual cosa.

Siempre pensando, pensándote, cariño. Para tratar de ser lo que tu esperas (aunque algunas veces el resultado no es muy positivo, debo aceptar que en ocasiones me disgusta lo que imagino, tus respuestas o tus actitudes) al fin imaginación.

Hay días buenos y malos, como todo, unos cuantos te consiento desbordadamente, y no me alcanza el tiempo ni las actividades para demostrarte que soy mejor que ayer y que quiero amarte y demostrártelo con la más mínima acción, cuidándote, apapachándote, cargándote desde el auto hasta la puerta de tu casa, acariciando tu cabello hasta que te quedas dormida. Y otros días, (terribles ante la después bienvenida reflexión), te ahogo en desesperación por no dejar se sentirme por tanta tontería, te hago sufrir por ideas sin fundamento, o retomando enojos del pasado, y no sabes cuánto lo siento, cuánto te adoro, cuánto te amo, cuánto te extraño, cuanto extraño el tiempo que desperdicio en bobadas, pudiendo aprovecharlo para bien.

Para entregarte amor en vez de reclamos, para decirte lo que tu quieras a cambio de las sonrisas maravillosas que fabricas cuando hago alguna gracia en tu honor, para decirte diez mil y siete veces que te amo y que estoy aquí por y para ti, mi vida.

Para adorarte y para entregarte de nueva cuenta mi vida entera, para que quieras que sea yo el hombre, y la pareja que vino sólo a este tiempo y espacio, con el objetivo de encontrarte. Para llevarte a los recuerdos de otras vidas en que nos unimos de igual manera. Y para decirte que ya no importa si te conozco de otra época, o si sólo estamos juntos por este rato, pero que quiero, de veras sueño, con ser tu novio, y no me importa en este mundo más que una cosa…

Ser lo que quieras.