Sólo un momento basta, para necesitarte aquí, junto a mi, junto a mis deseos, a mis anhelos, a mis necesidades de piel. Sólo un momento para poder tenerte también, pues me has enseñado a tenerte con sólo cerrar los ojos, y la memoria de mi piel es excelente.
Sólo un momento necesito para cerrar los ojos y morder tus recuerdos, para acariciar tus desvelos, tus sonrisas, tus latidos.
Sólo un momento, una burbuja, una sonrisa, un poco de ti en cada parte que me falte a mi.
Solo un pedazo de vida, que sepa a… vida.
Un pedazo que pueda durar lo que queramos, lo que se nos antoje cuando estemos solos, dentro de nuestro mundo, que es tan real como lo que sentimos, como esto que vivimos cuando un helado, un café, una mirada, una brazo, nos hace coincidir y converger en un mismo punto de necesidad, de sentimiento, de amor.
Amor de agua de cristal como dice la canción, amor limpio, que vale lo que pesan los sueños y las sonrisas, que vale por sí mismo lo que el aire para las aves.
Lo que el viento para las nubes…
Nubes en que volamos a veces, cuando viajamos de una habitación desierta, llena de nosotros con ganas de nosotros, hasta la luna…. hasta lo que sea que nos haga más felices.
Y así, valiendo la pena, después de esperar semanas completas para estar aquí, me doy cuenta que vale más tenerte, sin pretender nada más que lo que se me ocurra pretender cuando te tenga, que vale más procurar mantener más tiempo la burbuja, y hacerla más cómoda para ti, vale más vivir, vivirte, gozarte y acariciarte.
Vale más, que simplemente no tenerte, que no conocerte, y vale siempre mucho más que no haber probado, que no esperarte semanas enteras, que no poder abrazarte, que no acariciarte y vale más que no tenerte.
Por eso, déjame, llévame, acaríciame, que mi memoria te tiene, te ha tenido siempre en su imaginación vívida, y hoy te materializa en cada poro, cuando no te vemos, cuando te necesitamos, cuando te extrañamos, cuando es indebidamente tan debido y necesario.
Por eso quiero seguir teniéndote, no importa si es en burbujas, en sueños en caricias o en incluso en un anaquel, pero tenerte.
Tenerte en mi burbuja, en mi, en mi vida, en mi realidad, así como he venido teniéndote. |