Este día, en mi morada, tu presencia borró las sombras fantasmales. Encendió tu chispa el fuego de vivir y fue el color que claro me invadió. Aguzaste tus sentidos y concluíste pues no logró confundirte el ignorar. Leíste al presente y al futuro para sellar el comienzo de una relación. Por eso recuerdo al astro rey en la espiral de un sueño que atesoro. En la cúspide de aspecto tan intensa se consumó la unión sin movimientos. Ahora no temo asomarme a los días pues el tiempo me alcanza sin límite. Y si llegara a atemorizarme no sería suficiente para no hacerlo.
Texto agregado el 07-12-2009, y leído por 219 visitantes. (5 votos)