Antes de nacer me acariciaste con tu tierna mirada, me tocaste con tus propias manos y me llamaste hijo, me endulzaste los labios con tu amor, me preparaste un lugar en tu corazón, me trataste como tu posesion mas preciada y me colmaste de lo que mas amo en el universo; tu.
Un buen dia decidiste darle luz a mis ojos, si hubieras visto tu rostro de alegría, me abrazaste desde muy cerca, nadie te vio, pero mi corazón lo recuerda, y entonces tu universo tan hermoso como lo formaste se lleno de sueños y de ilusiones en torno a mi, me regalaste una sonrisa infranqueable, un corazón testarudo pero persistente, además de unos pies incansables que nunca se cansaron de buscar hasta encontrarte.
Me diste solo dias de sol, y me cobijaste con tus brazos para protegerme, nunca quisiste que callera mas sin embargo por que las cosas son como son cai mas de mil veces, y estabas ahí, siempre estuviste ahí, en cualquier circunstancia, en cualquier momento siempre podía ver tu mirada infinita, tu sonrisa, esa sonrisa que me regalaste y que a pesar de la adversidad de este cruel mundo persiste innegablemente.
Me diste todo, me regalaste la luna y las estrellas el sol y el viento azul, me regalaste tu infinita bondad, me diste tus palabras y tu silencio y eres tan modesto padre que no pediste nada a cambio.
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