gracias, gracias, gracias, gracias, gracias... eso es lo que me queda decir después de haber vivido dolor interno, externo...; y una experiencia inenarrable, de este pequeño ser humano que agradece al gran arquitecto, como decía Sócrates, por haberme dado la oportunidad de vivir... ciertamente, estuve cerca de no estarlo, y ahora que estoy en mi casa, al lado de la gente que me ama, digo que gracias, gracias, y lo escribo con lágrimas en los ojos y en el alma... ya luego cuando esté menos débil podré narrarles mi experiencia en un lugar llamado Hospital, que para mí, debería llamarse el Mercado de la Salud... gracias a ustedes que me escuchan y es así, me escuchan porque lo que escribo está antes del sonido de mis palabras... y sale de mi alma... |