Hoy te invito a dar un paseo…te invito a los confines de mi corazón, no quiero ir sola, en el hay laberintos y parajes que cambian de color, de aroma y estación.

Hay laberintos sin salida…laberintos llenos de flores y ramas verdosas, pero también los hay con una salida un tanto difícil, en ellos hay una que otra ave nocturna que aguarda a mi regreso, pues hace ya tiempo que no voy hasta allá y ellas deben extrañarme.

Encontraremos un paisaje en el que alumbra un bello sol una tapete de flores de múltiples colores, que lo cruza un largo y caudaloso rio….. pero de pronto podremos ver una noche de luna, la que se ve amenazada por una gran tormenta y quien sabe, quizá tendremos la suerte de presenciar el aullido de un lobo solitario en la cima de un monte.

También hay aroma a jazmín, sándalo y vainilla…quizá mientras avancemos los hedores cambien y todo se inunde de alquitrán, azufre...olores desagradables.

Te invito porque creo te será familiar…unos somos el espejo del otro y se que no invadirá el temor.

La primera vez que visite estos confines, he de reconocer que rompí en llanto …la rabia me hizo presa de ella…pero decidí volver por segunda vez , hice esfuerzo por entender lo que allí sucedía, ya pronto la tercera vez fue llegar a mi refugio.

No se si será agradable este paseo al regresar…solo cumplo con invitarte, es la mejor manera de conocer a otro ser, hacer un cordial paseo hasta los confines del corazón.