Determiné el punto de exploración algo alejado de mi sitio de habitación rutinario. Este lugar sugería un riesgo sustentado en la fuerza física. No recuerdo desde que tiempo ha permanecido allí este enorme bloque blanco cuadrangular que esconde mi objetivo a explorar. Sé que en algo contribuí para que esa enorme y pesada mole ocupara ese sitio y gracias a estar tanto tiempo allí, tras de su bloqueo puede haber un tesoro guardado. Creo que es el territorio más alejado al que me he arriesgado antes a explorar. He tenido áreas en donde el esfuerzo ha sido en vano. Los cercos se han enraizado a tal profundidad, que deshacerlos requiere tiempo y paciencia. Pero en esta nueva exploración la escaza fuerza que me queda, será suficiente para el éxito, a pesar de esta penumbra infinita en la que me encuentro.
Desde hace un tiempo he perdido la orientación. No sé en qué día me encuentro. La oscuridad que lo inunda todo, me ha dado una nueva incapacidad de visión interior. No sé si es el hambre, la falta de energía en mi cuerpo, este olor a mierda y a orina que me embota, pero no recuerdo el nombre de ese bloque blanco, estoy seguro que tiene uno. Tiene una puerta, la he abierto antes. Su interior está vacío, yo mismo lo he vaciado poco a poco. Y por más que me esfuerzo con este estreñimiento de recuerdos no logro dar con su nombre. Con tozudez intento descubrirlo en mi mente tan nítido como antes, imponente con la luz de su interior desde la esquina de la cocina. Sí, no me equivoco, la zona en donde se encuentra es la cocina. Un avance. Me veo borroso subiendo, ¿cómo se llaman?... escaleras cargando acuestas su pesada estructura sobre mi espalda, aunque ahora no podría determinar exactamente su peso.
¿Qué tanto he perdido en esta noche eterna? tal vez por mi debilidad, síntoma de mi inanición. Debería hacer un balance de las cosas que he perdido y de las que todavía tengo en la cabeza. De lo primero que me acuerdo es de este aparato que cargo como un ancla sujeta a una antigua vida agitada. ¿Cómo se llama? Tenía un brillo que parpadeaba acompasado por un sonido. Lo veo y veo la cara de Yesenia. Así es su nombre, una bella mujer joven, nace en mi la sensación que mucho menor que yo. Pero no sé porque la recuerdo con este aparato. La recuerdo mirándome y acercándoseme. Clavando sus ojos verdes sobre los míos -¿Cómo son los míos? - diciéndome algo así como - ¿Por qué no contestas tu celular?... Celular… ¿Celular?
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