!La cura del sueño! le sentensiaron luego de varios intentos fallidos por parte de los especialistas para quitarla de ese estado alterado de conciencia en el que babeaba y hamacaba a si misma. No había terapias,pastillas, inyección,shok ,ni alternativas, yoga, reiki, taichi, flores, que lograran sacarla de ese estado. En realidad, nunca antes había estado en otro, por lo que ella, no conocía lo "mágico de lo que se estaba perdiendo".Sus familiars eran los que estaban horrorizados por su estado y los que buscaban soluciones para su querida hija, muy bella ella, muy rubia, muy blanca, pero ida, muy ida de lo que ellos entendían como normal, una chica tan pura con esas características no podía bañarse desnuda en las playas, ni acostarse con cualquier hombre que le atrajiese y quisiera darle un poco de cariño. "Tu no puedes hija querida, está mal visto, que dirán de tu reputación, quién te querrá bien si no acabas con eso" Pero lo que ellos no sabían, es la más de las veces que algunos quisieron quererla bien, pero a ella, no le movía un pelo, se sentía victoriosa de una batalla en la que ni siquiera había derramado una sola lágrima, una sola gota de sudor, su psiquismo le impedía enamorarse de esos seres allegados, tenía que luchar, tenía que sufrir, tenía que undirse y levantarse reiteradamente para sentir que valía la pena, que era un amor carnal, espiritual, salvaje, platónico o lo que fuera como se presentara. El último de sus amores, le obligaba a tener sexo con otros hombres frente a el, la filmaba, luego reproducía la cinta y la golpeaba cuando le hacía el amor por haber sido infiel. El me ama, el quiere controlarme, ser mi amo y señor, pensaba ella satisfecha con ese deleite de placer.
Tenía una costilla rota, la nariz quebrada, un pezón mordido brutalmente, quemaduras en la pierna, latigazos en la espalda, y un gran derrame en el ojo.
Pero sentirse así, le daba una gran paz interna, sentía que eso era lo que necesitaba.
Por más que entendiera los motivos que sus familiares le explicaban, ella no podía desistir de esos efectos que el amor le producía, era su vida, a quién más que a ella le importaba, quiénes eran ellos para decidir su destino, su forma de relacionarse con otros, o lo que era mejor para ella. Angustiada y dolorida, se quedaba en su habitación, contemplando por la ventana, algún árbol que se balanceaba con la brisa otoñal. Y poco a poco adoptaba el mismo ritmo que él. De un lado al otro, como si nada más importara en el mundo que el vaiven de su curpo, el ritmo continuo, que le permitía a su mente estar en sus recuerdos más preciados. Allí es cuando comenzaba a babear, indiferente a toda situación ajena a si misma.
La sesión duró 5 días, cuando despertó aún tenía dolor y deseo, fue necesario acompañar el tratamiento con terapia psicológica, para que no cayera otra vez en la angustia provocada por la abstinencia. Al poco tiempo, comenzó a experimentar sensaciones nuevas, como estar rodeada de nuevas personas, fraternizar coordialmente, visitar lugares y asistir a reuniones y eventos dónde nunca antes había estado. Conoció a alguien que la quería bien, cada vez los encuentros eran mas prolongados, más íntimos, más afectuosos. Se casaron, poco después quedó embarazada, era la alegría de la familia, nació una criatura tan bella como su madre, muy rubia, muy blanca, muy hermoza. La niña creció sin problemas, en su adolesencia, le dió por indagar los rincones de la casa, encontró unas cintas viejas, las miró. Su madre la encontró balanceándoce y babeando.