Ese día si estaba dispuesto a acabar con ella, la idea la tenia rondando mi mente como tres días atrás. Al final fue difícil tomar esa decisión por lo cobarde e inseguro que siempre he sido. Llegue a clases tarde como siempre, un día antes le dije que le ayudaría en el examen de ingles que teníamos, no es mi culpa tener la manía de querer ser un políglota; venia confuso pero al verla a ella se me olvido todo, por enésima vez supe que me había enamorado y ella estaba en mi corazón.
Otra vez los celos fueron una muy mala compañía, le salude y le di un beso en la boca al rozar sus labios note que dentro de su corazón se apago el fuego del amor. Por suerte ese día hubo huelga y me llamaron a participar de las reuniones de rigor para solucionar el problema dada la condición de revolucionario que tengo, pero nadie se dio cuenta que el revolucionario estaba derrotado y desconcertado su vida no tenia ninguna lógica, se entrelazaba el cóncavo y convexo de sus ideas.
Como al golpe de las diez de la mañana todo era confuso la huelga, los celos, la tristeza, otra vez los malditos celos, la desconfianza; decidí no hacer caso a la huelga, total me daba igual si perdíamos clases o no, desconcertado trate de leer el libro que hace un mes empecé a leer y aun no lo acabo. El salón de clases pidió la opinión de cada uno yo dije tontería y media con el fin de seguir allí de holgazanes, como no podía concentrarme en mi lectura decidí dibujar algo, y por suerte vi algunas flores (las dibuje y me sentí muy feliz después de casi un año que no dibujaba flores o algo). Ella se me acerco vio lo que dibujaba le dije ¿te gusta? – esta bonito – respondió. Aproveche el momento de pánico para hablarle no se como me arme de valor y le dije que deberíamos conversar. Ella me dijo aquí y ahora – si – le dije, le pedí que nos alejemos un poco y nos sentamos, cuando decidí hablar apareció el señor de limpieza como para darme el respiro que necesitaba, creo que el señor se dio cuenta que necesitaba privacidad así que limpio lo que pudo y como pudo y se marcho.
Empecé preguntándole si me amaba- te quiero- me respondió. Otra vez supe dentro de mi que la había perdido, todo se me nublo titubié al hablar temblaba por dentro y controlaba mis sentimientos de ira, tristeza, frustración, indecisión. Me arme de valor y articule lo primero que se me vino:
¿Crees que deberíamos acabar?- pregunte
¿Tu crees eso?- ella me respondió
¿No y tú? Volví a preguntar
No lo se - me respondió
Yo tampoco – le dije con voz entrecortada.
Mejor nos damos un tiempo - dijo ella
¿Cuanto? - le dije
Siete días ¿te parece? Volvió a decir
Con resignación acabe cediendo esos siete días que serán largos y dolorosos. Mis siete días en el limbo. Antes de acabar la conversación le dije pase lo que pase sea cual fuese su decisión la respetaría y daría un paso atrás si todo es adverso. Como es clásico me pidió que sigamos siendo amigos y le dije será algo difícil pero tratare.
Después seguimos conversando de cosas que nos pasaban de algunas cosas que no debieron tener sentido porque ya ni me las recuerdo, me recosté en sus faldas la bese porque aunque parezca raro sentí que serían los últimos. Pase algo de la tarde con ella y me retire a casa.
Ya pasaron cuatro días después de la ultima conversación y siempre que me despido le doy un beso en la boca porque como ya dije presiento que serán los últimos...
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