Escribe, borarje
La siguiente es una historia imaginaria, pero desafortunadamente no es ficción; ha ocurrido, y no en pocas ocasiones.
Juanito, llamemos así a nuestro personaje, era un adolescente que estudiaba la secundaria en una escuela pública. En el hogar había sido educado en valores, sabía que la práctica del sexo no era cosa de juego, que conlleva responsabilidades y muchos riesgos. Aún cuando despertaban en él las inquietudes propias de la edad, entendía que esperar era lo más inteligente.
Un día llegó a su escuela un grupo de personas adultas, se identificaron como médicos y eran acompañados por varios adolescentes. Les hablaron del “sexo seguro”, de cómo tener relaciones sexuales sin correr riesgos. “Ni embarazo, ni SIDA, ni nada, sólo placer desmedido”. Así, plantearon un panorama muy prometedor.
¿Entonces -se preguntó juanito- por qué tengo que reprimirme como me han recomendado mis padres? ¿Será que mis padres no conocen el condón o simplemente no quieren que me divierta como lo hacen todos los jóvenes?
Antes de retirarse, los visitantes les regalaron una buena dotación de condones para que comiencen a vivir su sexualidad “con toda seguridad”.
Desde entonces despertaron en juanito muchas dudas sobre las enseñanzas de sus padres, comenzó a perderles la confianza, puesto que le “habían mentido”.
Para no hacer el cuento largo, juanito fue incubando la idea de probar ese maravilloso artilugio llamado condón en lugar de reprimir sus inquietudes sexuales, inquietudes que, dicho sea de paso, se fueron acrecentando mediante visitas a sitios pornográficos en Internet.
Y ocurrió lo que tenía que ocurrir. Juanito tuvo su primera experiencia sexual y fue tan placentera que la repitió una, otra y otra vez, al fin practicaba el “sexo seguro”.
Meses después, llegaron otros visitantes a su escuela, esta vez eran médicos pertenecientes a una organización de lucha contra el SIDA, les hablaron de la enfermedad y de los tratamientos necesarios, pero además les ofrecieron hacer una prueba a quien lo quisiera. Por mera curiosidad juanito se apuntó. Sabía que el resultado sería negativo, porque él practicaba el “sexo seguro”.
Transcurrieron algunas semanas, hasta que un día llamaron a juanito a la dirección de su escuela, unas personas deseaban hablar con él. Eran los médicos que le practicaron la prueba. Le dijeron que faltaba hacer más estudios, que no había nada seguro aún, pero los primeros análisis recomendaban que se sometiera a exámenes más profundos, parecía ser portador del virus VIH.
Lo peor de todo, al menos así lo veía juanito, era que sus padres tendrían que enterarse para autorizar los estudios, así que le entregaron un oficio con el que tendrían que presentarse en el centro de salud.
Esa noche, juanito no podía dormir, no sabía cómo decir a sus padres lo que estaba pasando. Lloraba y se preguntaba ¿por qué si siempre practicó el “sexo seguro”?
Eras las tres de la mañana cuando se levantó de su cama, se enredó al cuello el cordón de las cortinas y saltó desde una silla. Al amanecer sus padres lo encontraron muerto y no podían imaginar por qué había tomado esa determinación.
Analicemos ahora la realidad. Primero vamos a ver lo que ocurría en el año 2003:
“Un informe publicado por ONUSIDA y la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló que el número de infectados de SIDA en 2003 alcanzó la cifra de 5 millones, siendo ésta la cifra más alta nunca antes alcanzada. Además, estiman que alrededor de 3 millones de personas perdieron la vida a causa de esta enfermedad en lo que va de 2003.
“El informe indicó que las cifras pueden aumentar drásticamente en los próximos años, debido a que Europa y Asia Central se encuentran al borde de alcanzar cifras de epidemia. El estudio indica que, de las aproximadamente 40 millones de personas infectadas de SIDA en todo el mundo, 2,5 millones son niños.” (http://www.gloobal.net/iepala/gloobal/fichas/ficha.php?entidad=Textos&id=100)
Cinco años después, en 2008, cuando el uso del condón se ha generalizado la situación no cambia, las cifras de infectados siguen aumentando a gran velocidad
“Moscú, 30 nov (EFE).- El número de personas infectadas con el virus del sida en Rusia aumenta un 10 por ciento cada año y supera actualmente el medio millón, informó hoy el Centro Federal Científico para la Lucha contra el Sida.
"Observamos en Rusia un empeoramiento de la situación. En 2007 se registraron 49.000 nuevos contagios, en 2008, 54.000, lo que supone un aumento anual de contagios del 10 por ciento", precisó el director de este centro, Vadim Pokrovski, citado por la agencia Interfax.” (http://espanol.news.yahoo.com/s/30112009/54/n-world-cifra-infectados-virus-sida-aumenta.html)
Y no sólo en Rusia aumentan los infectados por VIH-SIDA. Encontramos cifras mundiales verdaderamente alarmantes:
“...más de 13,4 millones de niños han perdido uno o los dos progenitores debido a la epidemia (SIDA) en las tres regiones estudiadas (África subsahariana, Asia y América Latina y el Caribe), una cifra que podría llegar a los 25 millones para 2010. Además de estos millones de niños que han quedado huérfanos debido al SIDA, varios millones más se han visto afectados por la enfermedad.” (http://www.barilochenyt.com.ar/sida.htm)
¿Qué pasa con el “sexo seguro”, con el “infalible” condón? ¿Por qué aumentan a gran velocidad los casos de SIDA si ahora se ha generalizado el uso del condón?
“Un nuevo informe de las Naciones Unidas muestra un drástico crecimiento en la cantidad de pacientes con VIH y SIDA que están recibiendo el tratamiento apropiado.
“El informe dado a conocer señala que más de cuatro millones de personas en países de bajos y medianos ingresos, estaban obteniendo terapia antirretroviral hacia fines de 2008.
“Las cifras fueron difundidas en un informe anual sobre el SIDA publicado conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud, la UNICEF y el programa para el SIDA de la ONU.
“Según el estudio, esto marca un incremento de un 36 por ciento en un año.
“Este informe arroja un progreso tremendo en la respuesta global al virus del SIDA’, dijo la directora general de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan.” (http://www1.voanews.com/spanish/news/science-health/Aumenta-el-numero-de-tratamientos-contra-el-SID A-62889337.html)
Y a la par aumentan los suicidios entre la gente joven. Muchos de ellos inexplicables.
“Un estudio británico, que contó con pacientes con VIH de cuatro clínicas de Londres y una de Brighton (Reino Unido), ha descubierto que el 31% de estas personas tuvo pensamientos suicidas en la última semana.
“El estudio, publicado en la revista AIDS, halló que los hombres heterosexuales, las personas de origen negro y las que no habían revelado su estado serológico a nadie tuvieron el doble de probabilidad de tener pensamientos suicidas que otros grupos.” (http://www.universia.net.co/vih-sida/psicologica/casi-uno-de-cada-tres-pacientes-con-vih-en-el-rein o-unido-ha-pensado-en-el-suicidio.html)
Estas son las expectativas que crean los promotores del condón:
“Por supuesto el condón es una barrera, pero no una barrera contra el amor, sino contra los microorganismos que son los agentes causales de diversas infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH, el virus que causa el sida.
Las paredes de un condón son supremamente delgadas, el espesor de una pared simple debe estar en el rango de 0,04 a 0,09 milímetros, así que si alguien se pone algo tal delgado y no siente, muy seguramente se lo quita y tampoco sentirá nada.
“Al usar el condón no sólo no se pierde la sensibilidad, sino que además por sus propias condiciones de uso hace que la erección dure por más tiempo, pues la argolla que luego de su postura queda en la base del pene, actúa como un cook ring evitando que la sangre que enerva el pene se devuelva con facilidad.
“Por otro lado un condón puesto sobre el pene retarda la eyaculación, debido a la permanente presión que el preservativo ejerce abajo del frenillo en el conducto seminal, justo debajo del surco balano prepucial (la parte más hendida del pene). Estas dos cualidades para quien no las conoce le hacen pensar a muchos hombres que pierde sensibilidad por incrementarse el tiempo de la penetración y el de la eyaculación.” (http://www.agmagazine.com.ar/index.php?IdNot=2958)
Con tantas promesas ¿quién se puede resistir al “sexo seguro”?
Enseguida un ejemplo de promoción del condón un poco más congruente:
“Los condones, los guantes de látex o el plástico (Saran Wrap) que se usa para envolver los alimentos son las únicas maneras de protegerte a ti y a tu pareja de las enfermedades transmitidas sexualmente (ETS) y del VIH. Pero no son infalibles. Debes utilizarlos correctamente cada vez que tengas relaciones sexuales.“ (http://www.positive.org/DiQueSi/sexoseguro.html)
La ¿seguridad? del condón
.Por Juan De La Borbolla R.
Voces de algunos editorialistas y ONG’s autodenominadas progresistas y liberales se han lanzado a la yugular del secretario de Salud del Gobierno Federal (México), Dr José Córdova Villalobos, porque se atrevió a poner en duda ese argumento más mercantilista que científico pero que dichas organizaciones progresistas y liberales defienden a pie juntillas, respecto del supuesto “sexo seguro” que se consigue a través de la utilización del condón.
Lo cierto es que las investigaciones científicas serias demuestran que el preservativo mantiene un considerable porcentaje de fallas que explican su limitada eficacia como contraceptivo y como medio de prevención del Sida.
Un defecto de carácter físico del preservativo está en su alta porosidad, de tal modo que el VIH puede atravesarlo con facilidad. En 1992, R. F. Carey y sus colaboradores observaron que microesferas de poliestireno de 110 nanómetros (nm) de diámetro se filtraban a través del 33 por ciento de las membranas de los preservativos de látex analizados. Si el VIH mide entre 90 y 130 nm, entonces puede traspasar el látex.
Estudios realizados con microscopios electrónicos también demuestran defectos en el proceso de fabricación. La superficie de las membranas de los preservativos de látex no es uniforme: está sembrada de huecos y hay zonas de perfil suave separadas por zonas con pliegues. En 1997 un estudio de B. A. Rosenweig sobre 30 muestras de membrana de preservativos no lubricados mostró que sólo el 30 por ciento estaban libres de toda falla. El 50 por ciento de las muestras indicaban anomalías en la superficie de la membrana, fisura 10 por ciento, pliegues 37 por ciento y cavidades 38 por ciento.
Otra razón del fracaso del preservativo para prevenir el contagio es la considerable capacidad de degradación del látex. Con el tiempo, y más aún si se expone al sol, el calor y la humedad el látex se hace frágil y pierde flexibilidad, facilitando las fugas o rupturas. Investigaciones publicadas en 1989 por L. J Clark, R. P. Sherwin y R. F. Backer mostraron que también este fenómeno es causado por el ozono atmosférico.
Pero la mayoría de fracasos en la utilización del preservativo se debe a causas mecánicas: rotura y deslizamiento al usarse. Un estudio de Trussel de 1992 indica frecuencias de rotura y deslizamiento hasta del 14.6 por ciento. En otro, publicado en la revista Family Planning Perspectives ese mismo año, se reconoce una frecuencia de 17 por ciento con que los preservativos se resbalan y caen al retirarse durante una relación sexual.
Este mismo estudio reconoce que su “mejor empleo puede ser difícil de conseguir, pues todas las mujeres que participaron habían recibido instrucciones escritas y verbales sobre su empleo adecuado”.
De otro lado, el riesgo de que se rompa el preservativo aumenta en las relaciones homosexuales. A. Messiah y otros científicos indican en “Factors Correlated with Homosexually” que el porcentaje de ruptura en este grupo puede llegar incluso al 22 por ciento.
Las campañas del “sexo seguro” contienen una ilusión peligrosa que provoca efectos contrarios al buscado. Como dice el informe de I. Levin de 1995 sobre las infecciones entre militares, el preservativo no sólo no previno el contagio del virus, sino que lo facilitó, porque quienes lo usaban, creyéndose protegidos, multiplicaron parejas y experiencias sexuales, llegando en muchos casos a la promiscuidad “segura”. (http://lobusca.com/preservativo-seguro/)
En Cancún, costa mexicana del Caribe
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