EQUIVOCADAMENTE

Equivocadamente pensé que podía ser, pero otra vez mas fallé. Naturalmente nadie lo supo, como siempre. Será solo otro más de mis secretos. A veces pienso que son tantos que mi piel va a comenzar a estirarse mientras ellos pujan por salir. Hasta estallar. Pero no lo puedo permitir aún. Todo está bajo control. Es solo uno más.
No quiero escuchar golpes en mi puerta. No quiero desconocidos cerca de mí.
Es mi período de omnipotencia ( o impotencia quizás? )Se que con la primera tapo la otra. Con la primera no sufro. Hago sufrir. La impotencia cuando llega y se instala corroe hasta el alma más aguerrida. Te empapa con lo vano, lo inexplicable, lo inútil, lo injusto, lo que no debería ser.
Otra vez una lenta agonía y la incertidumbre de afectos. Con qué fin poner la cara si no estás? Es una fachada solamente, fría, dura, falsa.
He caminado en la vida por lugares muy distintos a los de mis antiguos afectos, y han abierto una profunda brecha entre ellos y yo, tan profunda que a veces casi ni nos entendemos, casi ni nos escuchamos. Pero afectos que vislumbro como nuevos tampoco han rozado todavía la cercanía del entendimiento. Quizás aún no nacieron.
Lo viejo no ha muerto aún y lo nuevo no ha terminado de nacer en mi.
Será muy dolorosa esa muerte que con su final permitirá ese parto tan ansiado.
No quiero escuchar golpes en la puerta. Solo quisiera estar a oscuras y seguir sintiendo muy cerca de mí tu agitado aliento.
No quiero golpes. No quiero ruidos. No quiero puertas.