Ir cayendo,
lentamente,
no hay forma de subir,
sólo esperar la caída.
Ver como todo va pasando,
todo se vuelve más claro,
más calmado,
más lejano.
No hay arrepentimiento.
Escuchar el crujir de los huesos;
sentir como se vuelven pedazos,
para después no sentir más.
Estar ahí, inmóvil,
sin nada que decir,
nada que mover.
Llega la calma, todo es silencio,
la oscuridad se acerca,
pausada,
tomándose su tiempo,
ya no habrá movimientos,
solo restos que recoger,
basura inerte que provocará emosiones en algunos y recuerdos en otros.
...........¡Nada duraderos... tal como la caída! |