Hoy hubo alegría del que habla, que se habla, cuando ya nadie lo hace. Extrema alegría que estremece la alfombra de la existencia. La que abrió de un golpe con un abrazo de aire fresco, las ventanas del sigilo y el recaudo. Fué lengua el verbo, palabra libre que atravesó las murallas del silencio. Vimos ambos el espesor y la presencia de la verdad desnuda. Fue mi andar como de nieve el que subió y tocó tu palabra. Casi doblamos el espacio de esta ciudad donde habitamos. Puse tu rostro en lo especial de mi memoria. Veo que desde ahora te necesito mujer que guarda la alegría de vivir. Hubo un cambio secreto que le nació al lenguaje, en modo simple y verdadero.
Texto agregado el 01-12-2009, y leído por 284 visitantes. (6 votos)