Una prosa despierta mi dormido sentido de la fría y eterna tarde, una prosa del sinsabor de la vida, de la melancolía de las sombras inertes de un gris y lúgubre pasado. De un ser del corazón y del alma, de mágicas ensoñaciones y pérfidas líricas, que recuerdan antaño. De un ser de la muerte, y de la vida, de un ángel y un demonio, de un singular contraste, de insolubles paradojas y pequeñas apologías de vida.
Una prosa, un polvo sin sentido, algo perdido, algo moribundo; una prosa, una pequeña nausea de amor, y del odio, del castigo y desventuras, de imágenes ya inocentes, de imágenes ya lascivas, de flores y bastos cementerios, de días y noches. Así una prosa, es una vida, son las alas desplumadas del indefenso pichón.
Una prosa, un mundo, una realidad.. sinónimos, no sé¿qué es mi prosa?, sí un simple capricho de pueriles pensamientos.
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