Cuando el tiempo devoró mi cuerpo, sentí como el espacio se acortaba, cuando el amor devoró mi cuerpo, escapé de él con recelo y temor, por que no hay amor verdadero y justo, éste, está repleto de inconcebibles injusticias; por una parte, el éter del universo, por otra el amor del universo, por que no hay mayor mentira que el éter y el amor, ¡AH canalla! Quien engaña las inocentes mentes de los lívidos y tiernos rostros juveniles, quienes pocas verdades conocen del mundo, quien su espíritu libre y bondadoso, tierno y hostil se propagan como la peste, dejando su “amor” como ahora en pleno siglo XIX se atreven los falsos a llamarlo, dado que sino, es, un gazapo mental de las lúgubres miradas vacías de los ya ocupados amantes.
¡qué mayor mentiroso es quien promulga que has sido mi único amor verdadero!, o bien otra infinidad de mentiras que se propagan ad infinitun y secula seculorun; sin ninguna razón, sólo por el capricho de raleas insoportables y melindrosas que sin causa de existir existen acabando con todo a su paso.
Por ello la ciencia de la mano con la filosofía, he propuesto nuevos métodos de enseñanzas de la filosofía natural, matemáticas y otras áreas afines. El amor destruye las matemáticas y desintegra las ciencias naturales, el amor, es, un simple medio de prolongar el acto de reproducción, es decir, la necesidad de procrear de cada individuo que nace, crece, se “reproduce y muere”, por que esa es la única conciencia para el amor, la muerte, que es el último plazo de la reproducción.
Amigos míos de ciencia, os curo en salud de las banalidades sin sentido del amor, no caigamos en tentación, tentémonos de revolucionar, así como lo hizo el gran Newton, y Galileo, no apresuréis a la reproducción, por que nosotros los hombre de ciencia nos reproducimos en la ciencia, amamos la ciencia, así, amigos míos, desistid de la ciencia y entréguense a las mundanidades de la urbe de las castas de poco conocimiento, de conocimiento nulo, que sólo ven en ser médicos una única esperanza.
Así pues, la ciencia es la única salida a las consecuencias que todos lo engendros de poco saber, hacen, no sean iguales a estas cosas con encéfalo flotante; amad la ciencia, vivid para la ciencia, ¡qué sería de la vida sin ciencia!