Tu olor, que inunda mi aire y me impregna … tu sudor, que, gota a gota, cae sobre mi piel, llenándome de ti. Ese aroma que me eleva, me hechiza, me mata y revive… El olor del deseo.
Tus pupilas rebuscando en mi mirada hasta encontrar el fuego, la hoguera ardiente que reposa en mis ojos… Cuanto te miro.
Tus dedos sobre mi piel, recorriendo lentamente cada espacio , con la suavidad de las nubes, con la intensidad de las tempestades… te siento en cada poro, en cada célula… Me siento tuya.
Tu, llegando a lo más profundo de mi ser, hurgando en mis humedades, recorriendo lo desconocido, reconociendo cada espacio, plantando tu bandera en cada territorio ganado… Me ganaste.
Voy deleitando mi tacto, descendiendo tus caminos, recorriendo tus silencios de respiraciones rotas. Voy observando en la oscuridad el cuerpo que me incita a ser yo misma… a no temer.
Libero pensamientos deshaciéndome de ataduras, y solo te pienso… Solo te siento.
Latidos agitados; desbocado corazón al ritmo de tus caderas y las mías, conteniendo un mar bravío a punto de llegar a la rocosa orilla… tu orilla.
En ti, descubro la llama que me enciende, y me trasporta a constelaciones lejanas. Me dejo llevar, haciéndome presa de la pasión, que desenfrenada, llega y se queda en la oscuridad de esta habitación que va desapareciendo ante mis ojos… solos tu y yo.
Y me pierdo en ti, en tu piel, en tu olor, en tu mirada, y me descubro tuya desde siempre, entregándome sin enmiendas ni complejos al amor, porque hoy te deseo más que nunca.
En el recuerdo, casi pude sentirte…
29/11/09 12:01 am
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