Te quiero mucho, tu bienestar aunque no lo parezca siempre ha sido mi obsesión, nunca te lo dije, tal vez por miedo a tu infinita indiferencia o por la estúpida idea de darlo por hecho y no lo creí necesario porque pasábamos juntas mucho tiempo.
Te admiro mucho, tal vez tampoco lo sepas. Cuando estaba en la preparatoria nos preguntaban y nos hacían escribir sobre alguien a quien admirábamos y por qué… siempre escribía de ti… a mis amigas siempre les hablaba de ti y todas te querían aún sin conocerte, nunca mentí ni quise hacer una historia maravillosa acerca de “mi hermana”, te me hiciste indispensable para todo y tal vez empecé a asfixiarte y por eso te harté y ya no quisiste saber nada de mí, perdóname, te juro que nunca quise hacerlo pero para mi lo único que quería y que tenía era a ti.
Y todo cambió, me hiciste sentir como un estorbo, ojalá nunca te haya hecho yo sentir así, después ya no te quise molestar… ojalá que por eso no hayas llegado a pensar que no te necesitaba
Siempre me ha dado miedo imaginar lo que piensas de mi, si antes que pasaba contigo las 24 horas del día no lo sabía, ahora menos. Gracias por tus cuidados y por tu compañía, tu me educaste y me guiaste por mucho tiempo y eres por encima de todo una gran mujer. Ojalá que recuerdes los momentos en que nos reíamos mucho juntas, siempre me ha gustado hacerte reír.
Quiero que sepas que siempre te preferí a ti, aún teniendo a mi mamá o a Aarón, no por conveniencia sino por amor, siempre te di la razón a ti aunque no la tuvieras.
No puedo estar sola, es por eso que necesitaba acercarme a alguien y ser como éramos tu y yo cuando estábamos juntas pero el amor no se improvisa, a ti tal vez te pareció una postura inmadura y caprichosa pero aunque me doliera yo tenía que entender que ya no querías que estuviera todo el tiempo contigo, que ya querías hacer tu vida muy aparte y tal vez conocer otras cosas, me dolía hasta los huesos que la gente dijera cosas de ti, que no entendiera lo que hacías porque ellos no habían convivido tanto tiempo contigo como lo había hecho yo, pero también me dolía que tu no entendieras lo mucho que te quieren y lo preocupados que todos están por ti, que no quieren que sufras ni tantitito, pero todo lo desprecias por tu maldito orgullo.
Perdóname si alguna vez no respeté tu manera de ser, egoísta; tus defectos, tus sueños, gustos, gracias por no cambiarlos nunca y enseñarme a quererte así.
Te quiero mucho y ojalá que la alegría ilumine tus ojos, que tengas una vida en la que noche a noche y día a día todo tenga un significado que vaya mucho más allá de las puras apariencias, sabes que a pesar de todo puedes confiar en mi y nunca te voy a dejar de querer
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