Paseo por la calle tranquilamente cuando una duda salta en mi mente.
A lo lejos, mi mirada se centra en dos caminos, posibles de seguir.

¿Derecho?
¿Izquierdo?

Hombre, a mi siempre me ha gustado ir por la derecha, como buen ciudadano que soy pero ¿y si en la calle que está a la izquierda encuentro algo maravilloso?
O tal vez no haya nada y todo sean peligros.

En al calle de la derecha hay dos tenderos hablando animadamente.
En el izquierdo un gatito buscando en al basura para encontrar algo de comer.
Podría ir por la derecha y seguramente, con lo joviales que parecen los dos tipos, me darían alguna fruta.
O podría ir por la izquierda porque francamente me encantan los animales y podría acariciar al minino.

Sé que por esta la calle está mi médico eso me da mucho miedo.
Aunque también pensándolo bien por la otra se encuentra mi peluquero y realmente no me gusta que me tomen el pelo.

Me estoy acercando y aun no se que camino tomar.

¿Izquierda?
¿Derecha?

Estoy nervioso.

Soy muy indeciso en estos casos...






Rápidamente mi madre gira mi cochecito lentamente y cruzamos de calle.

Claro.

Eso no lo había pensado.