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Inicio / Cuenteros Locales / el-parricida-huerfano / Instrucciones para llegar a las vacaciones (en coautoría con mi delirante amigo Carlos Presman)

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En estos días de diciembre donde el único estimulo para seguir viviendo son las próximas vacaciones, resulta indispensable tomar ciertos recaudos para llegar a ellas medianamente sanos y, sobre todo, medianamente cuerdos.
Para esta época los días calurosos y secos parecieran tener 28 ó 30 horas de duración, los domingos no llegan nunca, las semanas aparentan tener 9 o 10 días laborales y dormir 12 horas tiene menos efecto reparador que una cabeceada en el trolebús línea C.
Encima convengamos que el clima social no colabora, porque a todas las exigencias de fin de año a saber: balances, exámenes, fiestas y compromisos se suman los aportes al buen humor que realizan concienzudamente nuestros gobernantes junto a los reclamos del transporte, de los docentes, del gremio municipal / provincial / nacional y el fantasma de la desocupación que ronda al sector privado. Es decir, que si por fin consiguió dormirse en el trolebús, tenga por seguro que los reclamos con bombas de estruendo, lo van a despertar.
Para que esto no le resulte un coctel de imprevisibles consecuencias sobre su salud física, mental y económica, aplique las siguientes instrucciones -científicamente no comprobadas- tomándolas como de quienes vienen:

• No pierda el tiempo en enviar esas melosas postales de fin de año a sus seres queridos y a aquellas personas con las que tiene un cierto grado de compromiso, acabemos con la farsa; los primeros ya saben de su auténtico aprecio y los segundos ya han descubierto su mal fingida hipocresía. Este año salga de lo habitual y acuérdese de aquellos a quienes odia, hágales llegar tarjetas con fotos desagradables (usted en malla de frente y perfil). No olvide rubricarlas con sus mejores y más renovados insultos y maldiciones, que sepan que no se olvidará de ellos por más tiempo que pase. Su bien construido rencor tendrá así un canal de expresión que evitará que se le vuelva una enfermedad autoinmune.


• No le regale nada a los niños, dígales la verdad, sea didáctico y cuénteles que con el problema del recalentamiento global Papá Noel se quedó sin nieve y anduvo arrastrando el trineo por las piedras hasta que se le hizo bolsa navideña. Ahora el pobre está ahorrando para instalar ruedas doble tracción en el trineo. No olvide comentarles también que el excesivo calor además afectó a los renos quienes ahora padecen las afecciones propias de su especie: las enfermedades renales. Dicho esto, conmoverá a los más pequeños y evitará derrochar dinero en regalos; además los chicos seguramente le darán sus ahorros para contribuir con la reparación del Santamóvil y un turno para que los renos comiencen con la diálisis.

• Anuncie a sus seres queridos y afectos que ha decidido volverse hippie y que por ende no esperen regalo alguno de su parte porque no piensa alimentar el consumismo desbocado de este sistema publicitario megalómano que nos alienta a comprar aquello que no necesitamos. Practique frente al espejo repetir el párrafo que acaba de leer hasta que suene convincente, que si no, alguien va a notar el engaño. Acláreles que a pesar de ello usted sigue siendo una persona de mente abierta, un tipo sin ánimos de ofender a nadie y que por lo tanto aceptará sonriente cuanto presente le quieran obsequiar.


• Sorprenda a sus amistades grabando un glamoroso y afectivo saludo navideño en el contestador del teléfono, de esta manera ahorrará hacer un montón de llamadas. Además este método le garantiza que sólo recibirán sus buenos augurios aquellas personas que en verdad se los merecen, es decir, quienes se acordaron de usted y se dignaron a llamarle. Si mientras realiza esta amarreta maniobra golpea la puerta de su casa un hombre de barba con una bolsa, no se ilusione, no es Papá Noel, se trata de un linyera, de una maniobra para asaltarlo o del cartero; y no son regalos los que traen, son mangueos, armas o impuestos.

• Sea previsor, anticípese a todos los hechos que ya sabe sucederán indefectiblemente: solicite a su hijo menor que jugando le clave el dedito en el ojo y agarre con firmeza de fakir una brasa del asadito del domingo; acto seguido diríjase presuroso al centro asistencial mas cercano y finalice la consulta médica con el ojo tapado, la mano vendada y antibióticos recetados por dos semanas. Aproveche a hacer esto antes de la alocada vorágine de fin de año, seguro que lo atenderán con premura y sin hacer cola. Eso sí, deberá explicarles a los profesionales actuantes, a su familia y vecinos, que en estas futuras fiestas de corchos plásticos a alta presión y pirotecnia trucha…mas vale prevenir que curar.


• No repita el error de los otros años, basta de simular que estamos en Nueva York con veinte grados bajo cero y la estufa encendida; saque esa nieve artificial del arbolito y las medias de lana del hogar, regale los panes dulces, chocolates, turrones y tire el disfraz de Papá Noel fabricado con pañolenci y barba de algodón. Viaje al hemisferio norte y dígales que ya nos cansamos de esta pantomima navideña, que ahora nos imiten ellos a nosotros. Vamos a ver si se animan a cenar en el patio, de musculosa y ojota, tomando sangría fresca, comiendo helado de postre y terminar durmiendo con la ventana abierta y el ventilador a full.

• Revise las luces del auto, las cubiertas y los frenos; si todo funciona correctamente ni se le ocurra llevarlo al mecánico para un control previo a las vacaciones. Allí le encontrarán todo lo que su auto no padece y que requeriría un service de costo idéntico al de dos vacaciones juntas.
Una vez que todos los ocupantes hayan subido al auto, simule que va a acomodar el baúl, retire todos los bolsos y parta de viaje. Durante años su familia se quejó que usted “no los deja llevar nada” pues bien, en estas vacaciones conocerán la diferencia entre la metáfora y la realidad. Además ganará espacio para traer todos los regionales y recuerdos que quiera sin tener que retirar el tubo de gas ni el mega oso de peluche que usa la más chica para dormir. Para ir ahorrando tiempo, pídale a su hijito que ya mismo se ponga a jugar con las llaves del coche y las pierda; que no espere hasta los últimos minutos antes de salir de viaje.

• Aplique idéntico criterio a su salud que al automóvil.
Si su circunferencia abdominal supera los agujeros del cinto y debe desprenderse el pantalón para manejar o sentarse; si al atarse los cordones intuye que con la grasa allí acumulada podrían reinaugurar la jabonería de Vieytes, relájese y desista de bajar esos 30 kilos en dos semanas con la dieta del agua bi-destilada hervida al sol como único alimento.
Disfrute de manera prudente los eventos de fin año y los menúes infrecuentes de las vacaciones, aliméntese sin culpas y adopte de una buena vez la postura de gordito feliz y discontinúe la impostura de gordo infeliz. Lamentamos decirle que fue infructuoso el esfuerzo que hizo durante estos últimos años por entrar la panza al caminar en la playa, no consiguió engañar a nadie, a decir del resto de los bañistas, más se parecía al oso Yogui conteniendo la respiración, que a Tarzán en ojotas y bermudas.

• Antes de partir condimente las plantas del patio con sal y aceite, su perro merece el mejor de los tratos, que esta vez se las coma con gusto. Al regresar, pase por un vivero y compre plantas nuevas; no se preocupe por la pala, puede usar para plantarlas los mismos pozos que la alegre mascota ya le habrá hecho en el jardín.

• Deje una luz y una radio encendida en la casa para simular que hay gente, es una idea de lo más original que nunca se le ocurrió a nadie y que los viles cacos amigos de lo ajeno, desconocen por completo.

• Ahorre dinero en la reparación de cerraduras, al salir de la casa no cierre con llave; los ladrones se lo sabrán agradecer.

• No olvide llevarle un presente al querido oficial de la policía caminera que ya es casi un miembro de su familia. Un buen hombre que durante este año lo ha tenido demorado unas cálidas horas bajo el rayo del sol para preguntarle de dónde viene y hacia dónde va; es el mismo oficial que invariablemente encuentra un motivo para hacerle las multas pero que jamás se olvida de desearle que tenga usted un muy feliz viaje.


Por último, tenga la máxima precaución porque en estas fechas se exageran los mecanismos del consumo, y somos estrujados al mejor estilo de oferta y demanda.
Nos demandan que terminemos el trabajo, los balances, que compremos los regalos, invitemos a los parientes, rindamos las materias que faltan, completemos las planillas e informes, que asistamos a cuanto evento toque y que resolvamos todos los detalles de la casa como si el fin de año fuese el fin del mundo.
Recuerde que usted anduvo de oferta todo el año, cumpliendo con las demandas de jefes/as, empleados/as, directores/as, profesores/as, esposos/as, hijos/as, amigos/as, padres, madres, abuelos/as y de los infaltables vecinos de la cuadra que ya son como de la familia. Ajuste las respuestas a sus posibilidades, aplique el sano ejercicio de decir y decirse no puedo. Deje para el 2010 lo que es imposible realizar antes, equilibrar las demandas a sus reales posibilidades resulta la mejor receta para un sano y feliz fin de año.

Texto agregado el 28-11-2009, y leído por 435 visitantes. (12 votos)


Lectores Opinan
09-12-2010 un placer volver por aqui, estrellas y besos. magarosa
08-02-2010 jajaja voy a seguir tus consejos.... muy buen escrito!!! vagabunda2
26-12-2009 BUENISIMO.no solo me diverti mucho si no que aplicare algunos consejos,gracias ALEXIS klein
22-12-2009 Muy bueno¡¡¡ jajajaj¡¡ voy a hacerte caso, esto es un modelo para guardar cuando se quejen de llenos, jajaj, me encantó tu humor***** silvimar
08-12-2009 jajhajaja estupendo!!!!!!,es para difundir Excelente******** shosha
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