No te imaginas cuanto me gustaría saber de ti, de tus días, tu vida, de tus nuevos planes. Ahora que para mi no estas, con estas palabras creo que te vuelvo sin querer en mi confidente, que loca historia tenemos o tuvimos, solo el tiempo lo dirá, me pregunto si le hallaste significado a este pasaje de nuestras vidas, a este reencuentro curioso que nos trajo tantas extrañezas.

Cuanto me arrepiento de no haberte obligado a hablar conmigo, no se que hubiera pasado en ese momento, no se si me hubiese atrevido a decir la infinidad de cosas que quiero decir, no se si hubiera sido capas de abrazarte o si te hubiese soltado después de uno muy fuerte y apretado. Que ganas de haberte besado más veces, de haber aprovechado esa última salida juntos, que ganas de haberte dado un beso de despedida como el que soñé, te daba a tu regreso, que ganas locas de volverte a ver. Que terrorífica desesperación invade mi cuerpo, me pregunto como seria haber sentido tu respiración cerca mío, que electrizante sensación pensar en ello, pero que triste saberlo solo como un sueño con los ojos abiertos. Dulces pesadillas leí por ahí, que perfecta denominación para esa instancia en que te traigo a mi mente bajo la inconciencia de lo cotidiano o bajo los efectos del dormir. A veces solo sueño con tus manos, con tus abrazos, no tienen rostro pero se que eres tu, te has vuelto protagonista de mis sueños, merodeador de mis pensamientos. Hoy, destellos de furia y rabia por no saber de ti, hoy, te recuerdo distinto, sobrio, distante y no me calza con aquello que ronda en mi mente.


¿Eres realmente tú, el que se pasea por mis pensamientos?

¿Eres real o solo te construí por una triste necesidad?...


Por volver a sentir escalofríos y cosquillas, sentir como se eriza mi piel de solo recordarte, imaginarte acercarte despacio, casi casualmente, rozarme sin siquiera tocarme, tocar la punta de mis dedos y sentir como me enciende tu presencia, tu delicadeza, esas etéreas insinuaciones que pueden volverse el más erótico de los pensamientos. Que desgaste pensar en ti de esa forma y recordar que tu pasión la enciende otra, que tu cama la compartes con alguien más, alguien que por lo demás no es cualquiera sino tu historia, tu vida, tus proyectos e ideales, que locura seguir soñando con esos furtivos encuentros en donde no somos capaces de liberar nuestra pasión, y se queda encendida sin poder salir, sin envolvernos en un fuego eterno, en furia, pasión y deseo, en calidez y ternura y porque no decirlo, en un tierno amor. Tus manos, tu risa, tu vos, son pequeñas dagas apuñalando mi piel, sin ser letales me permiten vivir pero bajo que costo, el del dolor por desear aquello que no puedo tener, sentir o soñar sin sentirme culpable, mala o perversa. Dulce condena, extraño de mis sueños, vigilante de mis deseos, busco en la ira, en la rabia, en la templanza lo necesario para asumir tu perdida, una perdida que nunca fue tal, porque nunca te tuve. Distante permaneces aquí, ya no se quien eres, no eres el mismo que deje tiempo atrás, eres aquello que no puedo tener pero que añoro desde lejos. Te busco, te pienso, te sueño, vives en mi mente, en mi dolor y confusión y te escondes en mis deseos y frustraciones, en lo profundo de mi locura te revivo y asesino tu imagen, una y otra vez, hasta calmar mi cuerpo y mi sed de ti.