no tenía hambre pero me obligaron a comer algo que nunca antes había visto. era la cabeza de un niño, con los ojos cocidos por hilos o pita oscura, también la boca, la nariz no, destilando sangre, un fino hilo de sangre manaba de aquella nariz... el oriental a mi lado me dijo que era a la inglesa... antropófagos, pensé... una señora de cara redonda, raza blanca y muy bien vestida cogió un pedazo del cuerpecillo de aquel ser y se lo puso en su plato... toda la gente a su alrededor aplaudió. la señora sonrió, bajando la cabeza como un muñeco de esos tercos... me quise parar, pero dos manos me lo impidieron. volteé la cabeza y vi a dos inmensos negros muy bien vestidos que sin mirarme me obligaron a seguir en aquella extraña reunión... seguí paso a paso cómo la gente de aquella mesa se metía al niño dentro de ellos cuando en un instante extraño, las luces de toda aquella mansión, porque estábamos en una mansión, se apagaron... la gente lanzó una fuerte risotada y sentí manos y brazos por todos lados, juntamente a los alaridos de personas... me escondí bajo la mesa y me encontré con un tipo, no pude verlo pero allí seguimos hasta que las luces se encendieron. salimos debajo de la mesa y vimos todos los cuerpos de la gente que había estado en la reunión desnudos, inertes y llenos de sangre... los dos negros ingresaron con hachas y maderos. les vi hacer pedazos los cuerpos de toda aquella gente... lentamente salí de aquella mansión y pude ver la puerta de salida. corrí, casi como que salté en puntillas para pasar inadvertido. llegué y cuando quise abrir la puerta, estaba con llave... miré las ventas y abrí una de ellas... ladrillos, ladrillos tapaban toda salida... vi unas escaleras y las subí hasta llegar al techo... pude ver que estaba de noche y había muchos autos regados como hojas muertas de primavera... el sonido de una máquina me sacó de la realidad. era un helicóptero. bajó hasta posarse a unos metro de donde estaba. la puertecilla se abrió y salió un niño muy lindo, seguido de varios niños mas, y todos estaban desnudos... tras de ellos había una mujer blanca y muy alta, tenía un látigo en sus manos... les vi bajar las escaleras y aproveché para esconderme en el helicóptero. esperé. esperé hasta que la mujer volvió. subió y arrancó la cosa esa hasta llegar a un lugar cercano a una playa... ella bajó, estaba sola, y yo esperé hasta que ella despareciera... cuando lo hizo, bajé y corrí hasta llegar a una carretera. me escondí tras un arbusto y esperé. quedé dormido hasta que amaneció. me levanté y esperé a que llegara un auto. un camión pasó y yo aproveché para llamarle... este se detuvo. subí y saludé al chofer que era el mismo negro que me había atendido en la mansión... quise bajar pero la puerta estaba sellada... miré el rostro del negro y no mostraba ningún gesto, parecía de cera... el sonido de algo me hizo voltear por un segundo, vi que eran niños, muchos niños, muchos... y todos, desnudos... miré al negro y pregunté adónde me lleva... este me miró y dijo que a la mansión... |