EL ROSAL
Comedor, una mesa. Derecha, puerta de entrada; junto a ésta una ventana. Se ve un patio y un rosal. A foro puerta de dormitorio. Entra el hombre, recorre con la mirada la habitación, se seca la transpiración con el pañuelo. Llega la mujer del dormitorio, está en combinación y descalza.
MUJER: ¿Para cuándo es?
H: Dentro de una hora ocupamos la fábrica.
(La MUJER toma una revista, trata de leer... y trata de leer, luego se apantalla.)
M: Hace un calor terrible, no podía dormir. Tengo las manos pegajosas.
(El HOMBRE va a la ventana.)
H: Ya amanece.
(La MUJER le da un vaso de agua.)
M: Toma.
H: Han movilizado a la policía.
M (junto a la ventana): Los veo.
¿Quieres comer?
H: ¿Hay algo?
M: No. Pero podría preparar un poco de café.
H: Están armados con ametralladoras.
M: Ha florecido el rosal.
H: No sé qué podremos hacer con las armas que tenemos.
M: Te burlabas cuando lo planté.
H: Salías consiguió una pistola.
M: El hollín le sirvió de abono (se acerca con la rosa).
H: Tengo miedo.
(Ella le besa la nuca, se sienta a sus pies, tararea una canción, se levanta, va al dormitorio, vuelve, trae una campera, le ayuda a ponérsela, lo besa.)
M: Hasta luego.
(El HOMBRE sale, la M. se sirve el café, se sienta, comienza a revolver lentamente, oye unos tiros, llorosa sigue revolviendo el café.)
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
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