Sigo en el Sur y forestando .
Los veo , mientras viajo por mis recuerdos, amontonados entre su mugre, las moscas y su fogón primitivo. Hay más , mucho más de ésto. Como esa eterna carcajada que irrumpe limpia y pura despidiéndose y liberándose de la pobreza que la rodea . Irrumpe destrozando todas las penas escondidas muy dentro de nosotros . Así salta la carcajada y se hace fogón y se queda en el humo y se acurruca, un rato, en un hombre de rostro desdentado y dolido ; liberándolo para llevarselo a la cuna del cosmos. Allí ,ambos,risa y hombre se eternizan.
No hay política que salve a estos hombres. No hay reformas que remuevan estas realidades . Ellos están allí , en su fogón y su miseria , aun cuando ya no exista ese fogón y la pobreza no sea de ellos. ¡Seguirán allí hasta el fin de sus días¡
Es un tiempo , este tiempo, de eternas mentiras ; de necesarios autoengaños; de inseguros refugios individuales .
Mientras tanto caen los árboles acá en el Sur. Se van del bosque los camiones cargados de madera reluciente y perfumada;y en esas cargas se va el sudor; se va escondido el cansancio, se va endureciendo el dolor que se impregna en las trozas perfumadas de tiempo y sol .
En esos carros - las esperanzas crujientes de los peones - van amontonando otro día de miseria y riqueza .
Otro día se está yendo en el Sur y tras él los hombres quedan cetrinos de rostro y enjutos de tabaco. Otro día se está yendo cargado de madera ; sucio de resina y aceite pleno de producción.
En otros tiempos , en este mismo lugar del Sur , caían la azadas rompiendo la estructura virginal del arenal para luego colocar el arbolillo y después se daba un pisotón que presionaba toda las raicillas del entumecido vegetal. Al tiempo, la madrugada de neblina, viajaba sobre nosotros lenta y holística.
Uno , dos, tres pasos y la otra plantita caía al hoyo. La neblina se iba disipando el cansancio aumentaba y el hambre seguía recorriendo las entrañas de la cuadrilla.
La noche anterior hubo mucho frío y las latas del rancho no daban calor y el suelo llevaba muchas horas humedeciendo las colchonetas apestosas de mugre y asquerosamente inútiles. Eran noches que acurrucaban rostros desdentados y tristes ; noches que enfriaban el cansancio; que adormecían el sudor maloliente .Noches que liberaban ronquidos enfermizos y miseria agotadora . Noches de miseria , de profunda miseria.
Forestar era el objetivo para el uno ; hacer una changa el momento de los otros.
La noche iba abriendo sus ojos al día y por un segundo se encontraban y luego se alejaban cada una , en cada momento, siguiendo su propia línea cósmica.
Algunos , en el rancho, despabilábamos la vigilia cansados de mugre.
Mi burgués orgullo de profesional universitario se hacía trisas cada vez que mi cuerpo se amigaba con otra capa de mugre.
Otra madrugada y en el rancho , por todas las rendijas de las tablas , se encendían rayitos de luz matinal , eran los ojos de un nuevo amanecer; era el aliento de natura que venía a cubrirnos con su nuevo día sin sol aun. Era otro día que me separaba de mi pasado y me mostraba, otra vez, las entrañas somnolientas del rancho, donde comenzaba a vislumbrarse el cuerpo oscuro de esa olla asquerosamente sucia .Al segundo después, también comenzaba a verse la bolsa del pan ; aun no se le veían las manchas de sangre coagulada tapando gran parte de su color original. El pan venia ( una vez por semana) , en su viaje de varios kilómetros, impregnado de mugre y sangre. Había que sacar las partes afectadas, pero eso ocurrió sólo los primeros días, después uno era más sucio que esa bolsa. Después de unos días allí , no importaba que el pan viniese bajo las bolsas de plántulas o junto con la carne ensangrentada, dando tumbos cerca de la rueda del tractor.
Aquellos días de barro y mugre, de profunda miseria y embrutecimiento, se llevaban el dolor y abofeteaban al orgullo. ¡ Embrutecían ¡ Ese sistema es una táctica de vida , que da distancia entre los hombres. Es la miseria utilizada para dañar y envilecer , para dominar y engañar.
Cuando uno duerme tirado en el suelo maldiciendo callado, por un segundo de descanso; con el alma alejándose de uno y uno acercándose a la condición de animalito; cuando la mugre va cubriendo nuestro cuerpo y la barba se va haciendo hirsuta y ajena ; cuando se duerme amontonado conviviendo con pestilencias oscuras. Entonces , uno, no puede encontrar la palabra justa o la orientación verbal lúcida para estructurar un pensamiento exacto , que reclame un cambio o haga resaltar los derechos humanos. Sólo saliendo de ahí y acomodando el cuerpo en la tranquilidad natural del hogar; sólo desde éste lado se puede levantar la mente para vernos morir. Allá sólo morimos.
Saltaba la lluvia en el Sur y golpeaba el techo desestructurado del rancho .
El hombre , que recuerdo, salió furioso manoteando la noche en busca de un refugio, porque su lugar en el rancho fue colonizado violentamente por el agua . Todo mojado y entumecido ; con hambre y sucio , prendió fuego y fue amigándose con la madrugada, mientras callaba su amargura a la lluvia
Mate y silencio, tormenta y silencio. Todo su ser se iba quedando en el pasado, donde se iban recopilando y acomodando , quizás, sus tiempos de niño y de hombre pobre. Preguntándole , tal vez, al destino, las razones de su miseria; y mientras seguía cayendo el frío húmedo de la madrugada, el iba buscando en su propia soledad , la soledad de los otros hombres.
Las moscas, en aquel comedor de tablas miserables , eran oscuras , delicadas y de patitas ágiles cuando aseaban su trompita chupadora. Ellas, también, comían con nosotros.
Recuerdo que en ese ambiente destruido por esa miseria inmarcesible; uno les hablaba diciéndoles que otros países , en sus primeros tiempos forestales , también habían ennegrecido sus páginas productivas con prácticas aberrantes , tanto en lo ecológico , como en lo humano .Pero que ahora ( año 1993) esos países ya cuentan con políticas claras, donde los trabajadores forestales son considerados de mejor forma . Sus miradas escépticas entumecías mis palabras , como la escarcha de Julio a nuestra agotada energía corporal
En aquel grupo de hombres herméticos , plantadores eventuales , changueros eternos; siempre ilegales en sus derechos laborales ; había algunos recién egresados de la cárcel y otros , ahora , están encarcelados . Había , también, muchachos en camino a las cárceles . Uno , podía captar un hilo conductor que unía con fuerza a este grupo. Eso era su defensa a su integridad social; a su forma de vida. Era su poder y uno no podía ingresar allí.
Eran hombres “ malos” , de costumbres repelentes , de lenguaje áspero y soez . Así seguramente, se podría enmarcar a esos harapos vivientes que estaban forestando .
Pero , sin embargo , eran hombres serios y hoy se puede certificar esa seriedad cuando se camina por los bosques, que aquel grupo de desprotegidos plantó hace 11 años atrás . Ahora uno ve mientras camina , bosques manejados, que encajan perfectamente en las normas internacionales del FSC. Sus árboles son bellos y tienen una cobertura de copa magnífica .
Certificados, significa que han sido forestados bajo las estrictas normas internacionales de manejo , donde el factor humano involucrado en el proceso de plantación, es especialmente considerado y protegido en todos sus derechos laborales. Por supuesto, se han considerado, también, todos los elementos de salubridad, higiene y seguridad personal , como también los lugares donde habitan han sido evaluados bajo estas mismas y estrictas normas internacionales .. Pero esta historia ocurrió hace 11 años .
Alimentación equilibrada etc. La mugre en la Certificación, no debe tener lugar .
Era tempranito en aquel año de los 90, cuando uno de los trabajadores echó agua caliente en mi jarro con café y azúcar. Tenía unos ojos escondidos allá lejos en la neblina de los tiempos . No parecía estar mirándome. Era desconfiado y servil .
En varias mañanas de café fue cambiando su mirada y desde muy dentro fue apareciendo el hombre. Un día ya no fue más el traposo hombre humillado y de mirada esquiva ; aunque seguía vistiendo y oliendo como todos nosotros ; es decir¡ como los marginados
Cambiamos nosotros , continuó diciendo, pero sólo en el transcurso de nuestras vidas individuales .En la vida del hombre nada cambia . Seguimos siendo inútiles ; orgullosos, evangelizados hasta la bobera y asquerosamente burgueses .¡ Cada día más inútiles ¡¡
Se quedó callado. La madrugada no daba paso , aun, al sol pálido de Julio. Le dio una patada a la escarcha , que estaba acurrucadita entre los pastos y preguntó ¿ A quien hiere toda esta miseria Estoy seguro que a nadie , se respondió¡ .
Tal vez, algunos sientan molestia al ver un grupo de traposos forestando sus miserias , pero esos sentimientos son sólo movidos por los resortes del intelecto. Pasado el pensamiento, la molestia se va y la preocupación también. He hecho changas , continuó diciéndome ,toda mi vida y tal vez, estoy un poco mejor que los obreros del 1800 , pero mi organismo esta cada día peor . Sufro toda las noches una tos que me ahoga .
Se sonrió, pero en sus ojos mansos , había escondida una pena de siglos.
La escarcha , luego de la patada, se fue acomodando entre la arena y el pasto y saltó un recuerdo en mi memoria. Era una frase de una canción chilena que dice :“ yo no quiero ser violento, pero de donde me río...”
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