Si mi mente no declara que estoy lleno de ternura,
si mi mente sin aliento no se expande en la locura,
en la desprejuiciada vidriera en que transcurres y pasas.
Incitándome a borrar vestigios del alma mojada.
Si con sólo dispersar el vaho de esa ventana,
hallo mi piel tan basta con esa palidez mortífera,
con mis canas y otros perfumes que de tan amorosos, dan ganas de pensar a gritos lo que
el silencio no declara: un hastío, un vestigio,
un aburrimiento impío que cual ciclón de revueltas
a través y por dentro de las montañas cuajadas.
Y con un furioso y sanguinario resoplido de uña
encarnada,
buscando inútilmente la calma duramente acosada,
ya hecho en todas partes la demanda de expresiones,
las más cautivantes,la más falaces y despreocupadas,
y si por fin tan sólo caben señales de tus senos cálidos,
de senos voluptuosos aún extraños a mis caricias,
si cierto amor no es compartido y resigno mis anhelos,
pues nunca veré mi rebosante sueño cumplido,
dejaré mis brazos rotos y mis palmas en un nido vacío,
sólo un enjambre de enjoyados ojos me serán permitidos.
Y cuando tu cuerpo gentil se incline negando
o tu cabello desgranado en polvo golpee mi frente,
con los sensibles cabellos seductores del espanto,
de este amor desesperado que clama por un nombre,
un nombre evocador que zarandea sin tregua tu ausencia,
un nombre recóndito desbastador como el Océano,
Diré:¡ Hay de vos elixir encantador que barres mis sentidos!
¡ Hay de mí que estoy perdido con un papel en el desierto!
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