Un día calló una lluvia de estrellas sobre mi ser, aquel día lo cambio todo, nada volvió a ser igual. Las lágrimas ajenas sonaban a hueco, las sonrisas de la gente que me quiere, significaban mas que un simple gesto, los ojos de la gente que me rodeaba no eran los mismos que hace años.
Y volví a nacer, o eso dicen. Volví a no creer en la simetría, la monotonía, conceptos que tenia como obvios. Volví a ver el futuro borroso, pero no mal. Todo estaba en perfecto desorden y nada conllevaba a nada.
¿El cielo, o el infierno? Nunca lo sabré, nunca lo saborearé, quemare incontables hojas de escritos sucios hasta que llegue a una conclusión lógica para entender ese desorden tan perfecto.
Muchos dicen: ¿Desorden perfecto? Utopía. Pero yo digo que el desorden en si es perfecto, porque algo lo ha llevado a como esta, desordenado, y si no estuviese desordenado, estaría encarado hacia la perfección (es decir, ordenado de manera perfecta), la cual meta es imposible. La única manera de encontrar la perfección es demostrar que esta no existe desde ningún punto de vista. Lo perfecto de lo desordenado no es que no exista, es que es él mismo, el desorden.
Por eso nada es igual que antes, todo varía, es decir, todo se desordena. Porque si las cosas se ordenasen, al final no existirían conflictos. La meta del hombre, o mujer globalizando, es encontrar conflictos que conlleven a algo ilógico para así encontrar preguntas que responder....Si esto no fuese cierto no existirían avances tecnológicos ni científicos ni de ningún tipo.
La clave es buscar preguntas que resolver.
Es el significado de esta vida, plantearnos preguntas y responderlas. ¿O no? Acaso hay alguna persona que no viva constantemente planteándose preguntas. Una mujer casada siempre se preguntará dónde esta su marido. Un hombre soltero siempre se preguntara porqué no encuentra a nadie. Un niño siempre se preguntara porque no puede hacer lo que los mayores no hacen. Un hombre de alta edad siempre se preguntará cosas de la vida, pues son los más listos y los que tienen mas experiencia.
Desde mi punto de vista, el buscarse preguntas a responder es lo más bonito que ha conseguido el ser humano hasta ahora. Si nunca hubiese habido preguntas, nunca hubiese habido respuestas.
No hay rosas sin espinas, ni felicidad sin conflictos. Pues...¿Dónde esta el problema de preguntarse y ser feliz respondiéndose a uno mismo? El problema es que uno no puede compartir conclusiones lógicas y finales con los demás, porque estos siempre serán tratados de locos.¿ Os acordáis del gran Einstein ? Tomado por loco...O aquel loco que dijo que la tierra no era plana. O aquel loco que noto que se salia el agua de la bañera cuando el se metió y se lo pregunto...O tal vez los locos de los filósofos que pensaron tantas cosas y ahora salen reconocidos como grandes pensadores, mientras antes eran nada, un puñado de locos herejes. El problema es ése, no poder compartir. Si pudiésemos compartir ideas, todo sería más fácil. Pero siempre hay uno con mas poder que otro. Hasta el pensador más inteligente ha sido tratado de loco por un superior hasta que demostró sus teorías con formulas para que todo el mundo lo entendiese. Es en lo único en lo que puede confiar un humano en estos tiempos, las fórmulas. Más que lógicas, porque ellas lo dicen todo, nos ayudan.
Hoy en día, las formulas son los fideos de nuestra sopa. La sopa es la respuesta, respirar el olor es sentirnos cerca. Agarrar una cuchara de sopa con fideos es notar que saboreamos la repuesta. Tragarla es entenderla. Y cuando ya la tenemos dentro y podemos vivir comiendo, hemos solucionado nuestra pregunta, pudiendo vivir, en conclusión, respondiendo nuestras propias preguntas.
Puedes fijarte en todos los fideos de la sopa, que nunca serán uno igual que el otro. Puedes gustar todas las sopas, que nunca será una igual que la anterior. Con lo grande que es el idioma, es relativamente improbable que todo el mundo tenga las mismas preguntas y las mimas respuestas. El lenguaje es como el ADN, tan pequeño y tan inmensamente sorprendente a la vez. No encontrarás un ADN con los mismos componentes que ningún otro en todo el mundo. Pues no encontrarás un idioma que te de las mismas respuestas que el tuyo nunca.
La vida se vive en desorden, y solo nos preocupamos por respirar y tirar adelante con nuestras metas. La perfección como meta no es imposible, es mayormente improbable.
Respiremos nuestras nuestras y vivamos nuestras preguntas. Si no respiramos, no estamos vivos, y si no estamos vivos, estamos muertos. No mueras por no hablar. Escribe, canta, discute, opina, comenta, grita, exprésate como sea. Si no lo haces te lo acabara pagando la vida cuando seas consciente de lo que has dejado escapar.
Así que recuerda:
Respira tus respuestas, vive tus preguntas.
Gerardo Félix Reichl |