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Inicio / Cuenteros Locales / gorski / Tan buenos los días de lluvia pero como joden

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Hoy fui al trabajo, por la mañana. El día estaba bastante gris, no hacia frío, estaba bastante húmedo, de esas humedades pegajosas, las que incomodan, la que te pones una campera por si llueve pero te da calor.
Al llegar vi que no estaban todos mis compañeros, pensé que los que tienen niños lo llevaron apresurados a la escuela, mientras otros planificaron quehacer si llovía mucho en la tarde, con quien dejarían a los gurices.
Un instante después se abre el cielo y los relámpagos alumbran la penumbra. En la oficina no entraba nadie, el hastío era insoportable; ya estábamos verdes de tanto mate, las torta fritas que compramos, después de la colecta, a una doña, que siempre que llueve aparece con una caja, envuelta en bolsas y repasadores, repleta de tortas y algunos pasteles de membrillo, ya se habían terminado.
Poco quedaba por hacer, esperar que llegara alguien, y sobre todo la hora de irse.
Después de tanto tiempo, que pareció interminable, llegó el fin de la jornada laboral, cada uno a sus hogares y sus actividades de padres y madres, a buscar los niños, de la casa de los abuelos o de los tíos, o de esa amiga de fierro que siempre esta al pie del cañón. De ahí a casa para ponerles ropa seca y poner a lavar la que traíamos puesta. A preparar la merienda, y ver si habían deberes o que cosa se precisaba para mañana, y esperar que se secara la túnica que era un asco de barro y no hubo más remedio que lavarla aunque recién fuera martes.
Y bueno, sino mañana vas sin túnica y listo, y los gurices que no, que sin túnica no van, la pulciada para no ir no puede faltar, mira que mozo, este pa peliar por la prolijidad de la túnica, si odia ponérsela. Pero no le podes dar ventaja, sino, no lo paras más.
Prender la tele después que pasa la tormenta eléctrica, y que se calmen las bestias, que ya se pusieron insoportables de estar todo el día encerrados, mientras llega Paloma, mí señora y pregunta hiciste algo de cenar? Y la respuesta es revolver, yendo a la heladera a ver que se puede requechar, y sino hacemos unos panchos con puré de bolsita y listo.

La cosa no queda ahí, cuando nos acostamos le cuento a Paloma, mí día. Ya que es nuestro tiempo, dado que estamos todo el día de un lado pal otro y con los gurices, nos queda solo este momento para nosotros, si es que no nos gana el sueño, y después que decidimos sacar la tele del cuarto porque sino nos poníamos a mirar programas que no nos gustaban (ya que no había otra cosa) y nos dormíamos sin hablar, hasta que por un corte de luz, nos dimos cuenta que estábamos mejor sin la presencia de ese aparato hipnotizador (alienador decía un amigo que era medio marxista o anarco, nunca supe pero siempre recuerdo cosas que de él, y pienso, que razón que tenía! pensar que cuando lo conocí era muy guacho pa` darme cuenta, de lo que hablaba, era divertido cuando andaba bien, pero insoportable cuando andaba caliente con algo, pero ahora creo que era comprensible, me enseño mucho, y a veces lo extraño, un día lo deje de ver, y nunca más supe de él), pero bueno, lo cierto es que desde el día, mejor dicho, la noche del corte de luz, hablamos por lo menos un rato, y nos hace bien, estábamos abombaos sin saber que le pasaba por la cabeza al otro.
Entonces le dije a la "negra", pa` que calentura me agarre hoy cuando iba a buscar los gurices a la casa de la Lu, un abombau me ensopó con el auto, yo no se por que les entra la locura es de andar como loco, si no se van a mojar, y después una tristeza que me partió al medio, una pareja de artesanos con un gurisito, estaban en el alero de la tienda de la vieja esa que es un piojo resucitau, que se olvido fácil lo que la pelió el viejo de ella, pa que el marido se lo gastara en la timba, pero ella cree que es una gran señora, podés creer que llamó a los milicos pa que los sacara, porque le afeaban el local, que viejita de mierda che.
Que vida la de los gurices esos, pensar que andan por todos lados, por un lado pensé, se recorren todo, no pagan luz, agua, ni alquiler, pero la sufren che, mirá que andar por ahí, no sabes que les puede tocar haciendo “dedo”, o quedar tirados en la ruta, por culpa de los vivitos esos que andan molestando, que venden un par de caravanas y lo primero que hacen es comprarse un vino y bueno, después se vera. Estos se ve que eran bien, los gurises prolijos, limpitos; el gurisito bien abrigado, lindas las cosas que vendían, mirá que se me cruzó el decirles que se vinieran pal fondo y se armaran la carpa, pero seguí caminando y pensaba, y pensaba, …ah, yo vuelvo y les digo! pero cada ves más cerca estaba de la casa de la Lu, hasta que llegué y tome unos mates, mientras el Lukas y Romina, juntaban sus cosas y ordenaban un poco el relajo que le habían armado a la tía.
Ah, parece que el Julio cambia de empresa de camiones, dice que tiene chance de entrar en una de trasporte internacional, le pagan más, pero se van a ver menos, y aquella que esta sola no sabe si es mejor, unos pesos menos, pero estar más cerca; además dice que no es lo mismo si le pasa algo en la ruta acá que por ahí. Yo que se, cuando puedas pasa a hablar con ella, o llámala.
Bueno, cuando pasamos con los gurices por lo de los artesanos, yo había decidido comprarles algo, o invitarlos a venir, pero ya habían juntado todo y estaban entrando a la pensión de la gallega, chocho quedé, porque viste que la gallega cocina buenazo y barato.
Y me puse a pensar si no era demasiao tarau, me pone contento gente que ni conozco, o me entristece, hasta entré a creer que tendría que ver un sicólogo o algo.
Me di cuenta que me gustan los días de lluvia, pero como joden, complican todo y mañana van todos los que no fueron hoy a la oficina, vamos a estar tapados de trabajo, y vos negra que hiciste? Na mierda, uno siempre creyendo que es el ombligo del mundo y no se que le paso a la negra, capaz que ella no tuvo tiempo ni pa pensar, se ve que estaba molida ya se durmió. Sabes que te quiero negra, no preciso más nada, que vos y los gurices.
Pero no me podía dormir, después que pase media tarde con sueño ahora no me podía dormir, lo que es no, cuando lo que tenía que decirle era que la quería, me puse a contarle mis laberintos mentales, pero si no se lo cuento a ella, a quien. Pensar que hay tipos que se desviven por "cagar" a la mujer, no se dan cuenta de lo que tienen al lado, y si no están bien, que se separen, capaz que serían más felices viajando como la parejita de hoy, pero no se animan a perder la seguridad del laburo, y que cuando vuelven a la casa, tienen una fachada de familia, que es ejemplo en el barrio o los amigos, pa que, si los únicos que se joden son ellos. A pero yo tengo que ser abombau, enserio, mirá que pienso pelotudeces, y pa callarme la cabeza ni tele tengo.

Texto agregado el 24-11-2009, y leído por 110 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
24-11-2009 Me encantó, aunque algunas palabras no las entiendo pero la narración engancha, no es facil reflejar la cotidaniedad y creo que tu lo has conseguido. Un saludo desde España. olavera
 
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