Aunque atemporales
en tu piel se vislumbran todos
los sentimientos posibles
y que se hacen observables.

En tu mirada, ahora sin brillo,
la profundidad de tus ojos
deja entreveer aún
lo esperado largamente.

Tu propensión melancólica
se escapa sin que logres
detenerla, es que no puedes.
Necesitas la luz en tu camino.

Pero tus letras hablan y gritan
las miserias episódicas
y las ganas de existir
en momentos necesarios.

No dejes que te invada
lo negro de los días
pues ha de salir el sol
cuando menos lo esperes.

La llama, aún la mas pequeña
es realmente contagiosa.
Ve detrás de ella sin hesitar.
Sé que no ignoras que la poseo.