Floté en tu vidrioso mar amniótico,
fui de tu carne, de tu esencia,
fui inquilina en tu placenta.
Luego rompí tus entrañas y
fui, como todos los retoños
bien paridos, desagradecida.
Madre, no lo siento, mentiría.
Seque tus pechos, ataqué tus nervios,
jugué revoltosa en todos los columpios,
llegue tarde a casa, asalté tu cartera,
fui un parásito como todo bien nacido.
Rompí tus sueños, infringí tus reglas,
te vi caer sin recogerte, me di la vuelta
y me marché, te envejecí madre,
acabé contigo como todo bien criado.
Mentiría, no lo siento madre,
eras tu o yo y elegí ser egoísta.
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