El Gato Travieso.
El gatico era travieso, fue por eso que se comió el pan. Tres hermanitos, eran muchos para poder Mamá alimentar. Hoy esperó hasta tarde el plato de leche. ¡Qué problema ser el gato de una Señora que hasta su sopa olvida tomar! Se estira, se encoge, pero no pasa el malestar. Tener hambre es muy fuerte, se irá de paseo a ver con quien charlar. Camina, camino largo y hasta el pozo llega, allá esta su amigo, el sapo Barrigo. -¡Hola amigo! Nada que contesta el sordo sapito. -¡Sapito! Se sienta a su lado. -¡Hermoso saco lleva Usted hoy! El sapo entiende de halagos y todo. –Lo compré en la tienda de la Caracola, los hace de vientos y ramas de sol, perdone el amigo si éstos oídos no le oían, espero el regreso de mis renacuajos, andan de excursión, el más chiquitito me preocupa un poco, es lento, de pocas migas es su comer. El gatito le comenta: Yo ando con hambre, sin merienda hoy me quede, mi dueña de amnesia creo que padece y así es que llamo al gato tamaño de perro casero y zúas, también un tetero le ha dado ésta vez, cereal con leche en tazo muy grande. – Sigue éste consejo: En sus zapatillas échate, para que calientes estén, cuando ella se las ponga. Lo he hecho otras veces y enseguida al gato Lucero llama, le pone pijama y le da sus mimos. Eso a merita te alejes de casa y nunca acostumbres por allá volver. – No puedo hacer eso, mi Mama Gatica y mis hermanitos no dejaré de ver. El sapo exclama: Hay cerca de éste pozo una cueva grande, ahí tu familia podrá descansar, no hay bulla en la noche pues las musarañas se acuestan temprano, yo canto las horas cuando el gallo se duerme y la pájara larga despierta a las cinco, además cerca hay un corral con diez vacas, el ordeñador es nuevo y la leche derrama. El gato travieso se pone a bailar: - Si acepta mi madre seremos vecinos.
Pasaron las horas el sapo esperaba para dar la bienvenida a la Señora con toda su cría. -¿Será que no vienen? ¡Será que me duermo? En eso unos maullidos lo hacen voltear… ¡Amigo sapito conozca a mis hijos, pues ayer cuando estaba de mercado pude conocerlo, fui la que el paragua le ayudo a abrir. ¡Ah! Señora Bonita, que gatica tan maja va a ser mi vecina. LA gata responde: Es muy buenmozo, me gusta su porte. El sapo la llama: Le tengo lechita para sus bebés, a la finca aquella la fui a buscar, he cambiado leche por cantar a las vacas que iban a ordeñar.
Espere un momento aquí en mi porsiacaso tengo una bufanda, era de vagabundo mi esposo, se fue detrás de otra gata, supongo no volverá, pues otros gaticos tendrá que cuidar. Son cuatro mis niños, muy pronto al bosque los llevaré a cazar, me ofrezco de guía para que en esos caminos no se vayan extraviar. En eso la paja que rodea el pozo, cede a un peso que la hace doblar. Una voz de gato se hace sentir: ¡Gatica! Miau Miau, ¡Cómo te he extrañado! Ella contenta exclama: ¡Mi gato querido, Papá de mis hijos!
Fue así amiguitos, que leyeron el cuento, como la gatica recobro su amor, el gatico travieso después se enteró, ya en esos momentos besaba una flor, la oliá con ternura, la invitaba a que adornara su jardín, pues ya tenía casa.
Aleafar
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