A este encuentro le he querido colocar sinónimos, pero
ante tanta confusión de ideas he descartado indagar la
causa lógica.
Profundice en la intuición, buscar en función a un
sentimiento y no del pensamiento, deliberadamente en
lo esencial y emocional semejante de la intención de
amor como forma de expresión.
Ese día comprendí que había un hilo que nos unía, nos
conducía a un principio de realidad que los dos
deseábamos descubrir, que decidimos empezar a vivir
como realización de acontecimientos del mismo tiempo
sintiéndolo como propio a nuestra existencia.
A partir de allí, buscamos sucesivos intentos de
acercamiento entre nosotros, para descubrirnos, para
descubrir la senda del enamoramiento, del sentimiento
compartido que tanto nos complacía.
Me dispuse a contemplar tu mundo, a quererlo tal cual
es; a amar tus diferencias, porque aprenderé de ellas
para crecer y a amar tus coincidencias porque seremos
como dos en uno.
Fue un momento imprevisible en el que el pensar y el
sentir se convirtieron en una energía creadora en
donde adquirieron el poder suficiente para abrirnos
tal cual somos, sin perder la singularidad, sin disgregarnos para que este amor perdure como tal.