Una noche sentada junto al ventanal del jardín me
encontraba contemplando el color púrpura de las flores
de una joven santa rita que pendía del tapial del
fondo.
Con un profundo desaliento alzo la mirada al cielo,
sintiendo la compañía de la soledad envuelta en
tristeza...
Sentí como muchas veces rodar sobre mis mejillas una
lagrima que sabia a sal, oscura, la que recorrió
suavemente desde el horizonte de mis ojos, contorneo
mis labios y finalmente cayo desconsolada al suelo
para reunirse con las demás compañeras..
Pero entre tanta tristeza logre escuchar una dulce voz
que decía:”-no te preocupes criatura, solo ocúpate de
ser feliz, de buscar dentro de ti la verdadera
libertad que te conduce al amor, en la vida valen las
personas que saben contemplar la belleza de las cosas
mas simples que existen sobre la tierra-“.
Me di vuelta con rapidez y logre verlo.
Estaba detrás de mi, quieto, alegre, iluminado...y
ante mi asombro me dijo que no desespere que en la
vida siempre alguien te espera en algún lugar.
Por un instante sentí colmarme de gloria , al
encontrarnos frente a frente compartiendo el mismo
momento, un mismo lugar.
Así logre descubrir lo que hay en mi, de lo que puedo
ser capaz y el sentido del amor.
Asombrada ante tanta belleza me di cuenta que los
ángeles son regalos para la vidas vacías y nos datan
de imaginación y creatividad para conocerlos y
beneficiarnos con ellos. Entendí que cuando nuestros
ojos solo perciben la oscuridad, ellos encienden una
luz milagrosa y así podemos ver las cosas de este
mundo.
Nos otorgan los tesoros de la compasión y la
comprensión, la paciencia y te ayudan a construir tu
vida con alegría.
De golpe estreche los brazos de mi corazón para
traerlo a mí y escuchar su mensaje.
Me anuncio que mi fe se haría nuevamente mas fuerte,
que me volvería a enfrentar al mundo con valentía, que
mis ojos se abrirían a las cosas hermosas, a las
experiencias, a personas maravillosas del mundo y que
Dios estará siempre presente en mi vida.
Tras un guiño de ojos el ángel sonrió y desapareció
perdiéndose entre la suave luz de la luna que invadía
mi cuarto.
A partir de ese momento logre levantar las pesadas
cargas que obstaculizaban mi sendero; a derribar las
paredes de piedra que me separaban de la seguridad, de
poder avanzar hacia mi libertad...
Mi lucha comenzó por esforzarme a recuperar lo
perdido, lo olvidado de mi ser; logro despertarme de
la apatía y del insípido prejuicio; logro sacarme de
mis fantasías y lanzarme a la realidad para reformar
mi presente.
No intente ser lógica con mi ángel porque ellos
sobrepasan la lógica y la razón sin lograr comprender
toda su magnificencia.
Transformo mi vida, su existencia fue suficiente para
colmarme de dicha, de tranquilidad y de calma.
Y a partir de allí, preferí ser simplemente yo y dejar
fluir lo que sentía..
Entró en mi vida, invitado por mi alma, cautivó mi
ser, mi mente, mis pensamientos...
Aprendí a contemplar aquella belleza que es distinta y
nos es ajena, a abrir los ojos a los signos del
destino y los secretos de la vida para descubrir la
parte invisible de nosotros mismos, la que nos hace
crecer como ser humano, encontrando la esencia en lo
mas práctico y sencillo de este camino de ruta,
reconociendo la naturaleza creadora que hay en uno, la
parte intangible pero real, la parte divina de
nuestras almas, sin olvidar que somos dueños de lo que
nos pasa.
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