Mientras bailaba sobre su escenario de cristal,
cuando las cortinas de humo se cierran,
se siente afortunadamente idiota.
Y agarra su pequeña vida con fuerza,
en el momento en que el mundo se desvanece,
y la balancea, la acaricia, la mima y la mece.
Al compás de sus sueños.
Con una mano recoge las partituras desordenadas de su tiempo.
Y con la otra empuja su corazón hacia adentro, donde nadie lo puede ver.
Un trocito más del camino que se olvida
y unos segundos menos de vida.
Todo se va acabando cuando empieza algo nuevo.
O todo se transforma en lo desconocido.
Para hacernos creer que hemos crecido.
Texto agregado el 21-11-2009, y leído por 118
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Lectores Opinan
21-11-2009
CON DECIRTE QUE HASTA SE ME ADELANTARON. EL-CUBO
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