Capitulo 3: Joel deprimido:
Al día siguiente me llamaron a declarar, ningún testigo me había visto por la escena del crimen pero aun así querían confirmar si sabia algo, yo declare que había pasado el día con mi mujer y que no sabia nada de posibles enemigos de Claudio, les dije que cualquier motivo yo les avisaría.
Los días fueron pasando y así pasaron las primeras semanas, el homicidio seguía sin aclararse y yo cada vez me sentía peor por adentro, lucia cada vez estaba mas preocupada, comía menos, no me bañaba si ella no me decía, incluso me habían despedido de mi trabajo por faltar varias ocasiones seguidas.
Así que una tarde lucia volvió a insistirme con lo del psicólogo:
- amor mira Lucas es psicólogo y es de mi total confianza con el podrás decirle todo sin problema -
- no puedo – dije yo sin aceptar la idea de mi mujer
- lo siento Joel pero no puedes continuar así, de forma que ya hice una cita con Lucas -
- ¿como? – pregunte yo sintiéndome traicionado – no, cancélala ya mismo -
- Joel – insistió ella – si me amas en verdad ve con Lucas, tienes turno mañana a las 14 horas en su casa -.
- ¿dudas de mi amor? No te das cuenta que lo que hice, lo hice por ti mi vida, no puedes dudar de mi -
- lo se – dijo ella con su dulces labios y mirándome con sus tiernos ojos – pero quiero verte bien, por favor mi amor -.
- de acuerdo – acepte yo – hago todo total de verte bien a vos -
Ella me sonrío y luego acerco sus labios a los míos.
Me bañe y me fui a acostar, estaba recostado en mi cama y fui a tomar un vaso con agua que estaba sobre mi mesa de luz, luego de beber medio vaso me quedo observándolo fijamente ya que este me hizo acordar a algo que había ocurrida en mi adolescencia con mi hermano Claudio: