Sos mi sombra, inseparable,
culminaste el sueño,
me completas,
llenándome de colores,
aprendimos que el amor brilla en la oscuridad,
tu espalda dibujada con la luna y el mar,
plantamos un jardín, con flores, enredaderas,
éramos una guitarra que afinaba sus cuerdas,
hoy el piano que sacude al corazón,
buscándonos en cada nota, desnudando la clave de sol,
Sin importar el frío o el calor, pasaban desiertos y montañas,
es tu mano la que mece mi alma, me cubre y abraza, hasta sentirnos tan fuerte,
como no estar vivos, si los vientos cambian el rumbo y gritamos presente,
este miedo absurdo que no conoce edades y me dice que amarte es mi suerte.
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