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estaba parado en una esquina de la casa de mis padres cuando llegaron con todos mis hermanos. busqué un lugar para esconderme y vi la puerta del closet abierta. corrí y entré antes que ellos se dieran cuenta de mí. sudaba, temía por nada... tan solo tenía once años y el mundo estaba apuntándome a los ojos... había visto a mis padres haciendo el amor, como cerdos... les miraba y sentía mi corazón latir como un gong tibetano... mi madre se dio cuenta de mi presencia y gritó. salí disparado hasta llegar a donde sea, el lugar menos pensado por nadie... esperé a que me encontraran y no lo consiguieron, estaba seguro allí, echado sobre una banca del parque antes los infinitas estrellas agonizantes del cielo. cerré los ojos y soñé con mis padres haciendo el amor, luego, llamándome a mirarlos, como un juego... les miraba y me acercaba hasta tocarles sus sexos. las vellosidades de mi padre eran diferentes a las de mi madre... era un arrebato de los cuerpos... en mi sueño me quité la ropa y me puse en mitad de sus cuerpos, ellos seguían en su fiesta... desperté justo cuando mi padre gritaba como un perro atropellado... abrí los ojos y estaba en mi casa, echado en la cama de mi hermano. quise salir pero el cuarto estaba con llave. así quedé hasta que todos mis hermanos llegaron, escondiéndome de sus ojos y pensamientos... el closet era un lugar seguro, oscuro y pequeño. no quería salir nunca de allí pero la luz del mundo me arranco del lugar más bello y oscuro de mi existencia... lloraba, pedía perdón, pero ellos seguían mirándome con esos ojos tan filudos que me hacían daño al alma y a todo mi ser... lloré hasta quedar sin más que llorar... se fueron, dejándome encerrado en mi cuarto por días y días, era el Quijote... cogí un lápiz y escribí mi nombre por todas partes, luego, escribí el nombre de mis padres por el techo, dibujé el cuerpo de mis padres entre la esquina del cuarto... era un tipo muy raro, demasiado para un mundo más raro que yo... de pronto las puertas de mi cuarto se abrieron y pude ver a mi perro entrar. me miró a los ojos y sentí amor, demasiado amor, tanto que supe que jamás estaba solo en un mundo demasiado normal para mí... |
Texto agregado el 20-11-2009, y leído por 207 visitantes. (1 voto)
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