Una tarde en Bolivia, centro de blanco claro.
Recorriendo lo que alguna vez hicimos
De nuestro cuerpo como única tentación.
En la parte mas pura del ser que despertaba en lluvia.
Confundimos la carne con el respeto
Y las terminaciones nerviosas se erizaron
Definiendo mí figura como la parte mas colmada
De una relación en la que solo uno sufriría.
Entonces abrí los ojos y camine sobre tardes.
Recogí el agua del río y la sal del mar.
Para terminar en estrofas en noches sin luna.
Por querer reflejar algo ya cortado.
Texto agregado el 20-11-2009, y leído por 143
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Lectores Opinan
25-04-2010
Es un placer volver para leerte, amigo.****** shambhala