Calcularé el segundo en que nos extinguimos,
y desde ahí construiré la escalera.
Es mi única respuesta ante la guillotina de fuego,
Intentar no-sucumbir en el holocausto,
escapar.
Inicio de llamas negras,
como un huracán de ruidos gigantes,
de briznas demoledoras,
de látigos monstruosos sacudiendo los pasillos.
Y ahí la fusión emerge sin tregua,
el centro colapsa…
los dos intentando salir.
Nubes monoxidas absorbiendo el aire,
los pilares derrumbándose sobre nuestras letras,
tu y yo arrancando,
sin mas salida que una fisura,
el viento que nos come los tobillos,
absorbidos,
sentenciados a la grieta negra.
Los rayos parten las cúpulas eternas,
y las materias se confunden en jirones dantescos.
Somos hormigas trepando ramas,
la escalera se extingue… y tu caes,
te precipitas…
y no te alcanzo.
Escapo con tu muerte en mis ojos,
expulsado hacia la agonía del sobreviviente,
pensando en que fallé…
calculé mal,
proyecté un caos manejable…
y las ecuaciones de la inercia fallaron.
Solo quedó el vacío,
el vacío… el vacío.
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