Decía tener la boca llena de espinas y de espino,decía, el alambre que le cercaba el corazón. Que sus abrazos eran desierto que sus manos cuna de áridas caricias. Contaba que a puñaladas mataron su ternura y dándole sepultura,contaba, levantó un dique al lagrimal. Áspera roca se volvieron sus labios corrosiva su saliva hizo de sus pechos nido de avispas y trenza de esparto sus cabellos. Fueron sus pestañas rieles donde colgar opacas cortinas de lija tornó su voz,plomo la sangre y escarcha su aliento. Convirtió su casa en celda su cama en vertedero de escombro y ruina de día se daba al averno de noche al rincón. Llenó sus tripas de alfileres y dejó que se abrasara su alma al sol pues decía haber amado y amada,decía, jamás se sintió.
Texto agregado el 18-11-2009, y leído por 80 visitantes. (2 votos)