Se conocieron sin mirarse ocultando toda identidad visible a los ojos guiándose por la confianza de que lo que se decían era loable.
María decidió una tarde veraniega de domingo prender la computadora para escribir nuevamente en su archivo personal, con la ilusión de que algún día lo podía publicar, sin definir bien un tema central en su inspiración, solo contando experiencias de vida como una persona común y sencilla, algo así como un diario donde están sus estados de ánimo según las circunstancias.
Pero pudo más la curiosidad que el entusiasmo sobre como era navegar virtualmente.
Con un doble clic sobre el acceso directo al dial up, hizo que la máquina ingresara a ese mundo tan inmenso y tan intrigante.
Mientras esperaba, se concentró en la angustia que la abatía, su estado de salud por la enfermedad con la que venia luchando su cuerpo y las consecuencias posteriores sumado a diferentes duelos.
Se sentía invadida por esos pensamientos que le ocupaban la mente, pues sabía que todo momento amargo pasa quedando solo como recuerdo, un amargo recuerdo que le hizo conocer diferentes quirófanos sumergiéndola a sueños profundos donde remediaban temporalmente lo que padecía.
Por otros momentos crecía esa resignación de que la única manera que tenía era aceptar las cosas como eran y con-vivir con ellas para ser más ameno el camino; con-vivir porque en esta palabra encontraba la vida esperanzada en forma encubierta, la forma de luchar para comenzar una de las tantas conquistas.
De repente miró el monitor y sintió fastidio al ver la barra inferior cargándose con lentitud, así que se puso a jugar con el mouse haciendo clic por toda la pantalla y sorpresa! No sabe como pero entró en la página de Ciudad.
Debía haber sido una de las propagandas que salían por ahí y que por estar clic-clic-clic entró sin saber lo que allí le esperaba...
Se colocó las gafas para ver con más nitidez y entre palabra y palabra encontró un lugar donde eran salas de chat.
Rió irónicamente pues siempre sostuvo que las personas que se conocían por esos medios les costaba relacionarse cara a cara y la mejor manera era la de estar solo con palabras tipiadas, escondido detrás de un nick como nombre identificatorio para liberar la imaginación.
Quizá era por no encontrar el espejo que reflejaba las partes que confrontan con realidades poco gratas y así se negaba de alguna forma la identidad propia y la realidad no aceptada de quienes realmente somos.
Salió del canal de chat y la máquina no respondía; cuando observó el margen inferior derecho se estaba cargando algo... era nuevamente el salón de chat: SANTUARIO, dándose por vencida, entró sin saber que era. La pantalla pedía un nick y se colocó EUGY...apretó la tecla: ENTER...y se desplegaron dos ventanas, una izquierda donde conversaba la gente y la otra derecha con nombres simpáticos, burlones, serios, algunos originales y variados.
En un momento ve a Eugy titilar y era un nombre bastante fuera de lo común que quería chatear con ella, bueno comenzó la diversión...claro para él.
Tenia 18 años... y lo primero que pidió son las medidas.
María preguntó:-cuáles?- Si eran de la puerta de su casa, de su dormitorio, de que?
El joven adolescente contesta que quería saber las medidas del cuerpo y no solo eso, sino como era fisonómicamente.
Ella sonrió compadeciendo la necesidad del joven, claro, por su testosterona elevada tal vez.
Le respondió que la única medida que tenía en ese momento era la de su paciencia y que estaba limitada con tantas preguntas que no eran relevantes.
Así que no respondió más a sus llamados.
Decidió irse del salón porque le pareció totalmente vacías y elocuentes las conversaciones que leía, comentarios fuera de contexto.
EUGY vuelve a titilar.
Insistentemente TITILAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!. Mientras tomaba el café de todas las noches y se prendía un cigarrillo con mejor sabor que su historia... EUGY era un cartel luminoso; prendía apagaba y así incesante..
Pero el nick que la reclamaba no era el mismo, era LION.
Un -HOLA EUGY!- muy amistoso coloca en el privado
Se quedó pensando por un momento... Le llamo la atención la insistencia con que esperaba su contestación.
Y nuevamente:- HOLA EUGY! ESTAS AHÍ?-
Y con desconfianza colocó:- HOLA-.
Un saludo que en vivo y en directo se hubiera escuchado entrecortado.
LION: -Cómo estás?-
EUGY:-Bien. Vos?-
LION: -Ahora...mejor-
Ella dijo -QUE VERSEROOOOOO!!- Lo descalificó mentalmente y se convenció que era otra persona que iba a pedir sabe qué cosa nueva. Pero igualmente ella siguió el “juego”.
LION: -Que es de tu vida?-
EUGY: - Acá…Cómo te llamas?...Palabras y más palabras, así se pasaron un largo rato chateando... Sintió que algo la atrapaba para seguir pasando el momento en ese salón hablando de la vida, de cosas efímeras y cotidianas; catarsis y empatía estaban de relieve.
Después de todo, una evasión de este tipo, no la perjudicaba en absoluto.
Entre frases supo su pseudonombre: L; por lo tanto Ella era:”M”, no quería ser incompetente.
Al momento de despedirse “L” le solicita su teléfono particular, confesando que le había agradado muchísimo la conversación y que quería conocerla personalmente.
Le recorrió un escalofrío injusto, porque si no se veían de frente en ese momento, que temía?
Se negó a dárselo, aconsejándole que todo tenia que fluir...y que quizá el momento no era ese, menos para pasarle un dato tan importante como un número telefónico a un desconocido virtual.
Él, en cambio, no dudó; le mando su celular, teléfono particular, dirección, MAIL!!! Todo. Desesperado?...O ansiedad?.
Mail? Que era eso para ella?
Se quedó algunos segundos inmóvil, mirando el monitor, pensando que le haría un reto el cual si adivinaba los dos últimos números de su propio teléfono, se lo daría completo.
Confiada en que quedaría todo en el misterio, se lanzó al desafió con un creído triunfo satisfactorio y seguro.
EUGY:- Sr. “L” si sacas mis dos últimos números telefónicos te lo daré completo para que llames algún día- Echando una sonrisa irónica.
LYON: Mmmm…dejame pensar… hay un 9 y le sigue un 7.
EUGY:…………………………………………………..
LYON: estás? Y...acerté? Jajajajajajaa….contestame!!
EUGY:…………………………………………………….
"Eugy" tragó saliva, paralizada; con sus párpados abiertos detrás de los vidrios de sus anteojos que se ajustaban al tamaño de la taza de café. Buscó en la razón algún sinónimo: coincidencias; energías que se cruzaban; telepatía.
Siempre pensó que las coincidencias eran de supersticiosos y de temas de esoterismo para personas que no sabían como pasar el tiempo y para las que querían saber de la vida de otros con fines de lucro.
Buscaba en su mente alguna palabra que ayude a definir lo que le estaba pasando…causalidad tal vez?
María incierta y desconcertada exclamó:- Pero por qué?. - Por que a mi?-.
Y por que no?. Ella no era la excepción a las reglas del azar; y sin otro remedio las tuvo que aceptar.
Era “97” el número que marco su posterior vida, ya que para ella el destino no existe; sí reeplaza esa palabra por la sumatoria de sucesos que se van construyendo día a día mediante el accionar y la razón.
Pero sin duda alguna, María y el Sr. “L” estaban "conect@dos".