EXPLICACIÓN.
En este soneto de 16 sílabas por verso realizo 4 innovaciones verbales. El primero es el de comenzar todas las estrofas con la palabra TÚ. El segundo es terminar tanto los cuartetos como los tercetos con un verso que empieza con la preposición Y. Tercero, la más importante de esas novedades es la de hacer que los cuatro primeros hemistiquios de los cuartetos y los tres primeros hemistiquios de los tercetos terminen en rima asonante. Cuarta, los versos tienen sólo dos terminaciones rimáticas:en O y en E para todos los finales del soneto entero.
Estas condiciones no son una prisión sino una diversión para quien versifica, si se ha acostumbrado a la musicalidad verbal que marca el ritmo del primer verso y que sirve de guía que nos conduce en su nave hasta el final, sorteando todos los vientos de contenido, forma, coloratura, tono e intensidad que requiere la pieza con la que trabajamos.
TERNURA DE LA SANGRE.
Tú no te asustes, mi amada, que llueva rojo en tus meses,
porque es pasión escarlata que excita cuando la tiento,
se vuelve instinto y apaga el dolor del pensamiento,
y si mi carne a ella abraza, ya verás que me enterneces.
Tú y tus rojas secreciones me incitarán a quererte,
no habrá temor ni rubores que conviertan en lamento
la lujuria que hecha adobes antes quedaba en intento,
y ahora hay risa en tus azogues, que te sube y te hace fuerte.
Tú y tus manos son enjambre, tu abrazo intenso y violento
vuelve el roce de tu sangre furia de amor por tenerte,
y yo anhelo interminable el placer de este momento.
Tú vas curando la herida del vivir con tu talento
para sacarnos la espina del consciente que es la muerte,
y envuelto en tu roja pira, me entrego exhausto y contento.
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