Me considero un fanático de la lectura. Es mi pasatiempo preferido. Por eso me preocupa mucho ver el bajísimo nivel de cultura lectora que tienen las personas a mi alrededor. Se evidencia en las muchas fallas de ortografía que cometen.
Hace algunos cientos de años, sólo los monjes encerrados en monasterios lejanos escribían, transcribían y leían enormes libros aceitosos que guardaban en sus enormes bibliotecas. Era entonces un privilegio leer, era una habilidad prodigiosa. Luego, pasó a ser un pasatiempo. Debía de ser agradable leer las obras de Cervantes y Quevedo a la luz de las velas y faroles de las casas en épocas coloniales... Hoy, es para muchos una desagradable obligación académica. La lectura se convirtió en una práctica reservada a los estudios y periódicos.

Se puede comparar esto con el fenómeno de la lectura según la edad. De unos tres años, veíamos a nuestros padres mirar esos conjuntos de garabatos y entenderlos. En esa época habriamos dado mucho por poder hacerlo también. Mas tarde, las clases de leer y escribir nos acercaban con emoción a el glorioso momento en que podriamos pasar las hojas de un libro infantil llenandonos la mente de las coloridas aventuras de sus personajes. Leiamos en voz alta con una concentracion enfermiza los letreros que veiamos al ir en el carro por largas avenidas. Era un privilegio. Luego, se reservó a las noches oscuras y aterradoras en las que pedíamos a nuestros padres que nos acompañaran a leer un libro corto y tranquilizador. Nos dormíamos con la mente llena de fantasías y emociones. Era un pasatiempo. Luego, era fastidioso tener que entregar un reporte de un libro de unas cuatrocientas páginas (cuatrocientas!!!! cuatro cero cero!). Un verdadero asco. Es una obligación. Ahora nos dedicamos a leer nada más que los subtítulos de las películas, que aunque parezca increíble, son basadas en un aburrido libro.

Si. Ahora todos los libros que llegan a tener cierta fama se convierten en largometrajes, de los cuales tengo una simple opinión: Bodrios. Mediocres. Gran ejemplo es el éxito literario ya no tan recientemente llevado al cine: "Crepúsculo". No pretendo siquiera levantarme de este asiento para sentarme en el del cine a ver eso. Por experiencia, detestaría desperdiciar tiempo y dinero en ver una versión deteriorada de la historia de un hemófago y su amor humano. Leí el libro, no me gustó, pero estoy seguro de que la película no va a captar el sentido que detecté en su versión escrita. Otro ejemplo más que claro es la serie de el mago británico Harry Potter. No soporto ver las películas, en serio me fastidian.

Lo más agradable de los libros, según mi concepto, es que cada quien que lo lee, va a ganar mucho a nivel mental incorporando palabras a su diccionario personal y ejercitando la imaginación al crear en su mente el mundo descrito en esas páginas. Cada quien lo hace personal, es diferente en la mente de cada quien. Por eso, no se puede captar su magnitud en el celuloide. Se podría decir que las películas de "El Señor De Los Anillos" son bastante acertadas, pero no captan en realidad todo lo que Tolkien creó. Es un mundo completo, que es demasiado complejo para describir en hora y media de oscuridad y sonido envolvente.

En fin, si alguna utilidad le doy al hecho de que los best sellers se lleven a la pantalla grande es que algunas personas poco literadas se animan a conseguir y leer algunos de ellos. Simple curiosidad. Animo a todos a que se consigan los libros, por ejemplo, de Harry Potter, esperen a que salgan las películas correspondientes y se desesperen en sus asientos de cine mientras ven la historia tan tergiversada materializarse frente a sus ojos.