Su hijo, Gabriel, solia ser bucado por su madre, quien todos los dias pasaba a buscarlo por el colegio a la misma hora, en un taxi.
A Gabriel le encantaba jugar a ser grande, y le indicaba al taxista donde era el destino.
Su madre, Julia, su padre, Hugo, y sus 8 hermanitos, vivian en una casita muy humilde, pero en un barrio muy importante, donde solo las familias mas ricas habitaban.
La casa de ellos habia sido heredada por un pariente muy adinerado, quien apreciaba mucho a la familia. Pero ellos no pudieron mantener la casa en buen estado, ya que el trabajo del padre no daba muy buena remuneracion.
Todos los dias Gabriel, le indicaba el barrio y la calle, y como no sabia la numeracion de su hogar, le decia que su casa era aquella que no era hermosa, la mas fea, y todos los taxistas siempre llegaban a su casa, como si le hubiera dicho la numeracion.
Pero un día esto cambio, al indicarle el nene donde quedaba su casa, el taxista respondio que le era medio imposible, pues en esa calle todas las casas no eran hermosas, excepto por una. El niño quedo asombrado de dicha contestacion, pues le parecia imposible que a alguien en el mundo le paresca linda su casa. Seguido de esto el niño pregunto como seria posible que una casa despintada, sucia, muy humilde le paresca mas hermosa que todas las demas casas lujosas y hermosas. A esto el taxista respondio: Las demas casas pueden ser muy lujosas, deben valer mucho dinero. Sin embargo aquellas familias que se ven habitando alli no parecen para nada contentas, no se ve ni un gesto de cariño, como si fueran desconocidos.
Tu casa, es la mas hermosa, pues alli se ve muchos nenes contentos, muchas risas, hay mucho amor.
La diferencia entre ambas casas, es que tu casa es un hogar, las demas son simplemente derroche de dinero, donde habitan personas desentendidas de amor.
A su madre se le llenaron los ojos de lagrimas, y Gabriel se aprendio su numeracion.

Con amor, corazoncito.