Reacomodo el timón al notar que el sol de la esperanza se oculta a mi espalda,
Pero sé que siempre habrá un nuevo día, y el sol, tarde o temprano, reaparecerá en mi cielo.
Dirijo mi barco hacia la felicidad, con la ilusión de que tal destino sea posible sin ti a mi lado.
Sin ti? No, sin ti no. Sigues aquí, conmigo. Tus huellas están de proa a popa en mi barca. Nunca estaré sin ti. Es sólo que ya sé que no estoy en tu horizonte, y mi barco no hace más que alejarse de tu orilla.
Te llevaré aquí, para siempre tener un mapa de regreso a tus brazos, de regreso al sur. En otro viaje, en otros mares, en otra vida, sé que regresaré a tu orilla y recuperaré el tiempo que la cobardía me quitó.
Sigo… Navego a pesar del oleaje, de la bravura de ésta marea, del destiempo y de las tempestades. Sigo con rumbo fijo, y sé que llegaré a mi destino, así como también sé que cuando alguien más quiera viajar conmigo, tendrá que acostumbrarse a tus huellas en mi.
Por ahora espero que llegue el amanecer, y la luz me permita ver el azul del mar, para tal vez, con un poco de suerte, emular su firmeza y coraje, y así seguir en mi viaje, navegando… Sin ti… Contigo.
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