Con un poco de maquillaje todo puede cambiar. De una mirada sombría a una seductora, de unos labios finos a unos gruesos de color carmesí, de una palidez abrumante, a un cálido tono rosado.

El maquillaje hace maravillas, pero es un fraude, una falsa mirada a la vida, una falsa mirada a lo que realmente sentimos, a lo que realmente somos. Todo es aparentar, maquillamos lo que no tenemos con palabras vagas, sin sentido, maquillamos nuestra realidad realzando las cosas materiales, con una gran sonrisa en vez de demostrar lo que sentimos, el maquillaje no lo es todo, no son las pertenencias los que nos hace felices, sólo nos dan felicidad momentánea. Por qué no preferir andar al natural, mostrar lo que realmente somos y sentimos, sacarnos de una vez por toda la pesada coraza con la que cargamos. Permitamos conocernos el uno al otro, ¿acaso no te da pereza sacarte el maquillaje todas las noches y volver a ponerlo a la mañana siguiente?, se natural, vive la vida como se vive realmente, dejemos las pertenencias atrás, dejemos de aparentar, deja a un lado el maquillaje, en eso no se basa la vida, seamos felices con lo que tenemos y no envidiemos el maquillaje ajeno, que peor les irá a ellos.

Créanme, no es fácil decirlo.