Camino a pies descalzos por arenas desconocidas. Distintos matices, distintas texturas. Siguiendo un espejismo lejano, un aroma tan real y cercano...
Tan libre, pero absorta en mis palabras, aunque quisiera contarme esto sin metáforas ni analogías, pero soy tan cobarde que sigo con las palabras bonitas, con la rima exacta o escondida.
Mi miedo actual, sin fantasmas ni pasado, es mi presente. Es verla en mi futuro y no saber si luchar para tenerla en mi presente…¿querrá luchar conmigo? ¿Tanta belleza será real?, ¿será sólo eso? ¿Sólo esperar hasta el momento exacto?
Mientras tanto, merodeo por distintos labios con aparente displicencia, o quizás real no lo sé, sólo deseo por segundos, y despierto soñando con las mismas interrogantes que me llevan nuevamente al futuro pensándote a mi lado. Lo curioso es que siempre has estado conmigo, por lo menos hace tres años. Eres perfecta para mi, y creo serlo para ti, ¡mira como estoy de loca! ¡Ahora este ensayo se transforma en una carta!. Es mi alma alborotada la que deambula por estas letras, y no sabe si atribuirse la autoría de estas tempranas o talvez tardías cavilaciones, que serán las mismas que tienes tu, en algún momento, cuando me piensas perfecta a tu lado. Infinitas las dos caminando de la mano hacia un futuro creado por nosotras.
Cómo haces florecer palabras y redacción sin mancha para mi pesar desalmado, pero el miedo es ese, el ser perfectas y sólo por eso correspondernos. ¿Es eso el amor? El amor no es eso y lo sabemos muy bien amada mía. El amor es todo lo que somos sumado a locura y desenfreno. Sin premeditaciones. No es una decisión, es una visceralidad voluntaria. Así es amor mío, ese es mi miedo, que la decisión de estar juntas llegue porque sabemos que seria perfecto, y por consiguiente seria una decisión fácil, dictada fríamente por nuestro cerebro, dejando de lado el fuego indispensable que falta en nuestra piel cuando nos acercamos. Aunque sí lo he sentido, pero a estas alturas, y a raíz de todas nuestras conjeturas, llego a pensar que es sólo nuestra imaginación. Quiero amarte ferozmente, sentir todo lo guardado por tantos años, consumido en un beso esperado ansiado y suplicado por nuestras hormonas, sin pensarlo, sin conversaciones previas, espontáneo, ardiente y eterno. Y veras amor mío, será amor también, sólo este amor que sentimos, mezclado con un poco de fuego.