El teléfono nos hacia recordar la lejana distancia
Pero no pudo hacer lo mismo en aquella llamada
No pudo ser el bálsamo que me entregara sutil tus últimas palabras…
Retumbaban cercanas fuertes y claras
Casi podía ver tus labios modulando cada una de ellas
Incluso sentir tu aliento frío chocando en mi cara
Cuando aun éramos dos, la distancia no te mostraba más que en mis lágrimas,no te veía más que cuando cerraba mis ojos y aparecías en mis pensamientos. Sin embargo tu adiós te trajo: tus labios, tu mirada, incluso podía ver el movimiento de tus manos; todas las veces que miraste el suelo evitando un contacto que ya no existía… porque también me sentías en frente, más no me veías.
Pude ver tu gesto de desprecio como ultima arma de la que te valías para acabar con todo el duelo.
Vi como te volvías cada vez más nítida al contestar mi adiós y cada vez más desvanecida cuando colgaba el teléfono.
Que desaparecieras no basto para olvidar tan magno discurso
Las palabras continuaban retumbando en mi cabeza.
Partí despojándome de ti, de todos los recuerdos que no estaba en mi mente.
Ya no estabas en las paredes de mi pieza, pero estabas en mis pensamientos antes de dormir
Ya no estabas en cartas, en poemas, pero cada palabra, cada verso era mi lenguaje diario al referirme sobre ti.
Ya no estabas más; ni tu imagen , ni tu voz, ni el recuerdo de cómo me mirabas, pero todo lo buscaba; un símil, un atisbo de ti, miraba errante equivocada, idealizando cada uno de tus gestos , despreciando a quien no los tenia, evitando a las que a ti no se parecían.
Ya no estabas en mis labios, menos en mi cama, pero a ti te acariciaba, sólo a ti te besaba.
Mis “te amo” no los escuchabas, pero los decía, te los gritaba; a cada instante, en cada llanto. Tuyos y sólo tuyos eran.
Ya no estabas en mi futuro pero en mi presente tu ausencia me atormentaba.