Aún en la serenidad de la noche, el frío inunda las entrañas, miro al cielo estrellado en negro raso y los ojos se humedecen solitarios, otra vez aquí, sumido en tristes eventos pasados, otra vez tiritando junto al parpadear de aquél lucero, otra vez sumida en mi amargura, tiernas imagenes de antaño que ahora duelen. Una estatuilla de San Judas Tadeo permanece entre mis manos, la aprieto suave y a su vez vehemente, pido al cielo paz a mis adentros, pero el cielo se ha cerrado para no verme, en un afán de lograr mi objetivo, he suplicado en repetidas ocasiones que se me de por bien sentada mi inoscencia y que se me dicte un juicio sin haber muerto, pero todo ha sido inútil, ni el cielo ni el justo Juez "dan alas a las víboras" y no concienten caprichosas peticiones, es ahora que me siento altivo, que he mirado de nuevo al cielo para pedir se me perdone.
Sí, he errado, lo he hecho como lo hace cualquier humano, he amado con delirio o arrebato, he amado tan fiel cautivo de mis mas bajas pasiones, he amado a la mujer de mi hermano y he deseado que sea el quien desaparezca y sea yo la presa que ha de amar mi ser amado, pero nada ha sido concedido, me he enamorado inútilmente, esa mujer por la que pido sea borrada esta noche, no ha sido mas que casquivana en sus adentros, me ha envuelto entre frases de colores y me ha arrojado a la basura con esmero, yo no pido sea borrada de la tierra, sino que mi corazón deje de gritar su nombre, he pedido me de amnesia, en los amores, duelos inasaciables de mis desgracias y desamores.
Es por ello que hoy me he aferrado, al abogado de los casos mas difíciles, para invocarle en mis plegarias, hacerle una novena y al encerderle una vela, se encianda el fuego eterno en el que ha de consumirse. No he sido yo esta vez quien ha mentido, he sido honesto en todas mis razones, he dejado que mis sueños se motiven orientados por sus palabras agradables y es que siempre me cuidé de no entregar mucho, pero esta mujer me ha hecho pedazos, me he enterado mintió diciéndo que era el único y ahora veo que no soy mas que el amante... y amante dícese de aquél que ama, sí, así lo dicta la estructurada enciclopedia, pero en la vida real que corre dia a dia, amante no es mas que aquél que en las sombras se esconde. |