La piel lacerada y doliente,
Se refleja en el espejo que me mira
No hay besos de nanas,
Ni sana… sana que la cure
Lagrimas largas que bajan hasta la almohada
Que la empapan en silencio
No hay manos que la escurran
Ni besos que la absorban
Palabras afiladas que son ecos
y retumban en el aire
Ni los bellos recuerdos las borran
Ni hay perdones que las silencien
Heridas de las que se ven y se sienten
Heridas gratuitas
Heridas molestas
Heridas profundas
Heridas sin perdones
Perdones que no vienen a tu boca
Perdones que quisiera leer aunque sea entrelíneas
Perdones que me llenen de luz
Texto agregado el 14-11-2009, y leído por 112
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
14-11-2009
a mí me gustó muchísimo. Cuando no hay manos que escurran ni besos que absorvan las lágrimas se siente la misma tristeza que tiene esta poesía.
churrinche
14-11-2009
Medio lacerantepero vale igual. El título no más que me hace mucha bulla, muy pichulero diría yo. Saludos. cao
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